Hemos hablado muchas veces de lo importante que es ventilar bien la casa… y aun así, la mayoría lo hacemos poco o directamente mal (hasta la Unión Europea ha tenido que legislar al respecto). Ahora, un nuevo estudio vuelve a poner el foco en un problema que pasa desapercibido: la mala calidad del aire en los pisos nuevos.
Y no es algo puntual. Es más habitual de lo que pensamos, sobre todo en ciudades y zonas con mucha contaminación, donde el aire exterior ya llega “tocado” y termina empeorando el ambiente interior. Aunque estos pisos cumplen la normativa actual, eso no significa que ofrezcan un aire realmente sano, especialmente en apartamentos pequeños y en entornos urbanos muy densos.
Pisos cada vez más pequeños… y más problemas
Comprar una vivienda recién construida debería ser garantía de confort, seguridad y eficiencia. Pero en muchos pisos urbanos ocurre justo lo contrario: el aire que respiramos dentro de casa no es tan saludable como pensamos. Y lo peor es que, aunque cumplan la normativa, los estándares actuales no se ajustan a la realidad de los pisos pequeños en ciudades densamente pobladas.
Un reciente estudio del centro de investigación noruego SINTEF, dentro del proyecto Urban Ventilation, pone sobre la mesa una conclusión clara: la normativa se ha quedado corta para las viviendas modernas. Y lo explican con datos, ensayos y colaboraciones con fabricantes de extracción como Røroshetta.
Se ha cambiado el modelo de vivienda: ahora los pisos son más compactos, las cocinas abiertas al salón, ventanas que no siempre se pueden abrir (por ruido, contaminación o privacidad) y espacios con mucha actividad diaria. En este contexto, la normativa ya no es suficiente y se queda corta: lo mínimo que exige la ley no basta para garantizar un aire interior saludable.
No solo extractores

Pruebas realizadas en el estudio Foto Ida Rambæk/SINTEF
Cuando los extractores no dan la talla y 108 m³/h no es suficiente. La norma establece que la ventilación mecánica de una cocina debe mover 108 m³/h como mínimo. Sobre el papel podría parecer adecuado, pero las pruebas realizadas en el estudio cuentan otra historia.
En cocinas pequeñas, especialmente abiertas al salón, este caudal no es capaz de eliminar bien humos, grasas ni partículas ultrafinas. Para lograr resultados aceptables, el estudio concluye que es necesario subir el caudal a 180 m³/h o más.
A partir de esa cifra, tanto las campanas tradicionales como los extractores integrados en la placa empiezan a rendir como deberían. Por debajo, simplemente no llegan.
Recirculación: práctica, sí… pero no es suficiente
Las soluciones de recirculación —muy comunes en pisos pequeños— filtran el aire y lo devuelven al interior sin expulsarlo al exterior. Son fáciles de instalar y ocupan poco, pero tienen una limitación importante: no eliminan gases, ni partículas ultrafinas, ni humedad.
Durante las pruebas, los filtros de carbón activado atraparon olores y parte de la grasa, pero dejaron pasar compuestos orgánicos volátiles y partículas menores a 2,5 micras. Justo las que más afectan a la salud.
Por eso, tanto los investigadores como los fabricantes consultados coinciden: la recirculación no debería ser la única solución de ventilación en viviendas urbanas.
Baños: mejor rendimiento, pero con matices
En los baños, los sistemas actuales funcionan algo mejor. La extracción estándar suele ser suficiente para eliminar la humedad tras duchas o secado de ropa. Pero cuando hablamos de olores persistentes, la cosa cambia: el estudio recomienda subir temporalmente el caudal a unos 75 m³/h.
Aquí sí importa —y mucho— dónde se colocan rejillas y válvulas. Una mala distribución hace que ni los mejores caudales funcionen bien.
Salones y dormitorios: el gran punto débil
Es en los espacios donde más tiempo pasamos donde la normativa flojea más. En zonas comunes como el salón o los dormitorios, el estándar TEK17 solo exige una cantidad mínima de aire renovado por metro cuadrado… y poco más. No tiene en cuenta:
- el número de personas viviendo en el piso
- la presencia de aparatos electrónicos
- la falta de ventilación natural en viviendas interiores
- la acumulación de CO₂ a lo largo del día
Según SINTEF, un piso donde vivan cuatro personas necesita al menos 150 m³/h para mantener niveles adecuados de CO₂. Y muchos hogares, simplemente, no lo alcanzan.
Un ambiente que afecta a la salud. El resultado es ese aire pesado, somnolencia, dolores de cabeza o sensación de estar “encerrados” que todos hemos notado alguna vez.
Una normativa que se ha quedado atrás
Las conclusiones del informe son claras: los métodos de ensayo y los requisitos actuales ya no sirven para las ciudades tal y como son hoy. No contemplan la reducción del tamaño de las viviendas, ni la acumulación de contaminantes en espacios cerrados, ni los retos de ventilar correctamente en pisos donde abrir una ventana no siempre es viable.
Aunque ya hay estudios que demuestran el problema, esa información no está llegando a las partes interesadas: ni promotores, instaladores ni a quienes compran estos pisos. Como resultado, mucha gente vive en viviendas nuevas cuya ventilación cumple la ley, pero no garantiza un aire interior realmente saludable.
La solución pasa por actualizar la normativa, mejorar los sistemas de ventilación y empezar a considerar la calidad del aire interior como una parte esencial del bienestar en casa.
Imagen portada | Paco Rodríguez
Más información | SINTEF
Vía | EcoInventos
En Xataka SmartHome | Soy alérgico y esta es la aplicación que uso para conocer la calidad del aire en la zona en la que vivo
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La noticia
Vivo en la ciudad y creía que ventilaba bien mi piso. Un nuevo estudio revela que la mayoría lo hacemos mal y pone cifras al problema
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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