
Hay días en los que la idea de vivir en un hogar realmente automatizado parece bastante lejana y otros en los que la tecnología da un paso que hace pensar que quizá no esté tan lejos. LG quiere mover ficha en esa dirección con CLOiD, un robot doméstico con IA que llevará al próximo CES 2026 de Las Vegas como una de sus grandes apuestas en robótica de consumo.
Este nuevo dispositivo se presenta como el primer robot de hogar de LG orientado a hacer tareas reales, no solo a acompañar o vigilar. La compañía lo sitúa en el centro de su concepto de “hogar sin trabajo”, una visión en la que las labores rutinarias se automatizan para que las personas puedan dedicar más tiempo a su vida personal y a los momentos que consideran importantes.
Un asistente doméstico para el “hogar sin trabajo”

LG encuadra este desarrollo en su estrategia de Zero Labor Home o “hogar sin tareas domésticas”, un planteamiento que cobra especial interés en mercados como España y el resto de Europa, donde el teletrabajo y la conciliación están cada vez más presentes. CLOiD está pensado para desenvolverse en interiores, asumir parte del trabajo de casa y reducir la carga mental asociada a todo lo que hay que recoger, ordenar o mover a diario.
La compañía insiste en que no se trata de un simple gadget para lucirse en ferias, sino de un producto diseñado para mejorar la gestión cotidiana del hogar. Su función va más allá de la clásica aspiradora robot: pretende encargarse de tareas que requieren manipulación física, como recoger ropa del suelo o transportar objetos ligeros entre estancias.
Durante el CES 2026, que tendrá lugar del 6 al 9 de enero en Las Vegas, LG ha prometido demostraciones en escenarios reales de uso en su estand (n.º 15004 del Centro de Convenciones). Allí enseñará diferentes situaciones domésticas en las que CLOiD actúa como asistente automatizado, para ilustrar cómo encaja en una vivienda normal y no solo en un laboratorio idealizado.
Esta presentación forma parte de una apuesta más amplia de la marca surcoreana por la robótica. La empresa ha creado el Laboratorio de Robótica HS dentro de su unidad de Soluciones para Electrodomésticos, con la idea de consolidar tecnologías propias y buscar alianzas internacionales en robótica, también con actores europeos, para acelerar la llegada de estos sistemas al mercado.
Dos brazos y manos con cinco dedos para trabajar con objetos reales

La gran diferencia de CLOiD frente a otros robots de hogar que hemos visto hasta ahora está en el hardware. En lugar de limitarse a ruedas y una pantalla simpática, incorpora dos brazos articulados con siete grados de libertad cada uno. Esta configuración le permite realizar movimientos complejos y versátiles, más cercanos a los de un brazo humano que a un simple mecanismo rígido; se trata de una aproximación que recuerda a desarrollos con brazo motorizado.
En la práctica, esos siete grados de libertad por brazo significan que puede estirarse, girar, rotar la muñeca y adaptar la postura para alcanzar estanterías, esquivar muebles o acercarse a una mesa sin ir chocando con todo. La intención de LG es que se mueva con soltura en pisos y casas reales, con espacios ajustados, sillas fuera de sitio y obstáculos imprevistos.
Pero el detalle clave está en las manos. Cada una de ellas cuenta con cinco dedos accionados de manera independiente, algo poco habitual en robots domésticos. Esta configuración busca otorgar al sistema una destreza suficiente para coger prendas de ropa, manipular objetos frágiles o sujetar elementos con formas irregulares sin romperlos ni dejarlos caer a la primera de cambio; es una tendencia que también aparece en análisis sobre robots humanoides para el hogar.
LG pone como ejemplo tareas como recoger ropa del suelo o de un cesto, ordenar objetos sobre una mesa o trasladar pequeños elementos de una habitación a otra. Son funciones aparentemente sencillas, pero que exigen un control fino de la presión y la posición de los dedos, justo el tipo de reto en el que muchos proyectos de robótica doméstica se han estancado hasta ahora. Algunos proyectos de humanoides domésticos ya exploran tareas similares, como el robot humanoide para el hogar Hiva Haiwa.
Esta apuesta por la manipulación hace que CLOiD se distancie claramente de otros robots de la propia marca vistos en ferias anteriores, más centrados en interacción social o monitorización. Aquí el objetivo está en que el robot haga trabajo físico dentro del hogar, no solo que hable o vigile.
Un “cerebro” en la cabeza y sensores para moverse sin provocar desastres

Para coordinar todo este conjunto de motores y articulaciones, CLOiD integra un procesador central alojado en la cabeza que actúa como cerebro del sistema. A su alrededor se sitúan una pantalla, un altavoz, una cámara y diversos sensores que trabajan de forma conjunta para ofrecer navegación inteligente e interacción multimodal con las personas.
Según ha detallado LG, el robot es capaz de mapear el entorno, detectar obstáculos y actualizar ese mapa cuando cambia la disposición de la casa. En una vivienda europea típica, con muebles ajustados y pasillos estrechos, esto es relevante: la idea es que el dispositivo pueda moverse sin necesidad de “preparar el escenario” cada vez que va a funcionar. La navegación y la automatización avanzada son temas que se han visto en eventos como la WAIC en Shanghái, donde se mostraron soluciones similares en robótica doméstica y urbana (navegación y automatización).
En cuanto a la comunicación, el sistema incorpora reconocimiento de voz y procesamiento de lenguaje natural, de forma que se puedan dar órdenes habladas de manera relativamente informal. A eso se suma la respuesta mediante movimientos físicos, gestos y la información mostrada en la pantalla, lo que busca que la interacción sea más natural que un simple “sí/no” con luces.
El conjunto de sensores —entre ellos, cámara y sistemas de detección de profundidad— permite que CLOiD identifique personas, objetos y posibles riesgos, ajustando su comportamiento para evitar golpes o maniobras bruscas. Esta navegación “con cabeza” es clave para que un robot que mueve brazos y manos en espacios reducidos no se convierta en una fuente constante de incidentes.
En Europa, donde las normativas sobre seguridad y protección del consumidor son especialmente estrictas, será determinante comprobar cómo gestiona LG las garantías de uso en hogares con niños, mascotas y muebles delicados. La presentación en el CES servirá como primera toma de contacto, pero quedará por ver cómo se adapta a las exigencias regulatorias si finalmente se comercializa en la región.
Affectionate Intelligence: un robot que aprende rutinas y adapta su comportamiento

El otro gran bloque tecnológico de CLOiD es la capa de IA que LG denomina Affectionate Intelligence o Inteligencia Afectiva. Bajo este nombre agrupa un conjunto de algoritmos que permiten al robot percibir el contexto, aprender de la interacción continuada con los usuarios y ajustar su comportamiento de manera progresiva.
En un entorno doméstico, esto se traduce en que el sistema puede detectar patrones de uso, horarios y prioridades. Por ejemplo, evitar moverse por la cocina a ciertas horas, no interrumpir en una videollamada o saber que, si todos duermen, es mejor no iniciar tareas ruidosas ni irrumpir en determinadas estancias.
LG apunta a que, con el tiempo, CLOiD será capaz de ofrecer un apoyo más personalizado, reconociendo hábitos tan cotidianos como dónde se suelen dejar las llaves o qué zonas de la casa tienden a desordenarse más. Ese aprendizaje continuo, basado en interacciones repetidas, pretende reducir la necesidad de estar configurando el robot cada dos por tres.
Esta misma tecnología también apunta a una interacción más empática, en la que el robot no solo responda a comandos, sino que interprete situaciones y gestos básicos. Aunque la compañía no ha detallado todavía hasta qué punto llegará esa “empatía” en la versión que mostrará en el CES, sí deja claro que quiere ir más allá del asistente de voz tradicional.
Todo este enfoque abre inevitablemente el debate sobre privacidad y gestión de datos. Cámaras, micrófonos, sensores y un sistema que aprende de lo que pasa en casa plantean preguntas sobre qué se procesa en local, qué se envía a la nube, durante cuánto tiempo se guardan los datos y qué control real tendrá el usuario, cuestiones especialmente sensibles en la Unión Europea por la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Escenarios de uso: de recoger ropa a coordinarse con otros dispositivos conectados

LG menciona de forma general una “amplia gama” de tareas domésticas en interior que CLOiD podría asumir, aunque por ahora evita entrar en una lista cerrada de funciones. Entre los ejemplos que la propia compañía ha ido repitiendo se encuentran recoger prendas de ropa, organizar objetos o ayudar en labores de orden y mantenimiento ligero.
El robot está pensado para trabajar de manera coordinada con otros electrodomésticos conectados, aprovechando el ecosistema de hogar inteligente que LG ya ha desplegado en diferentes mercados europeos. En teoría, podría adaptar sus acciones a los horarios de lavadoras, secadoras o sistemas de climatización, e integrarse en rutinas domésticas programadas.
Pese a las posibilidades que sugiere el diseño, la empresa admite implícitamente que la distancia entre una demo en feria y el día a día de un piso en Madrid, París o Berlín sigue siendo grande. Sujetar una caja perfectamente rígida en un entorno controlado no es lo mismo que lidiar con bolsas que se enganchan, cables por el suelo o vasos medio llenos en una mesa baja.
En este sentido, el CES funcionará como un primer examen público de la madurez real de CLOiD. Si las demostraciones muestran movimientos consistentes y repetibles, sin depender de trucos de escenario, el robot podría situarse como una referencia en un segmento en el que abundan las promesas y escasean los productos comerciales sólidos.
Otro aspecto que quedará por despejar es el de precio y disponibilidad en Europa. Diversas fuentes del sector apuntan a que, por su complejidad técnica, no será un dispositivo precisamente económico, por lo que su llegada inicial podría dirigirse a un nicho de usuarios con alto poder adquisitivo o a proyectos piloto en hogares demostradores y edificios inteligentes.
La presentación de LG CLOiD en el CES 2026 apunta a un cambio de enfoque en la robótica doméstica: menos foco en el robot simpático que pasea por el salón y más en una máquina capaz de manipular objetos cotidianos con cierto criterio. Si la compañía logra trasladar lo que muestre en Las Vegas a viviendas reales en España y el resto de Europa, la conversación sobre el hogar conectado pasará menos por las pantallas y más por unas manos robóticas que, por fin, puedan encargarse de parte del trabajo.