El hogar conectado o inteligente ha ido evolucionando rápidamente en los últimos años con multitud de dispositivos que podemos ir añadiendo a nuestras viviendas con los que realizar muy distintas acciones.
Esta rápida evolución ha venido ayudada en parte por el procesamiento en la nube. Órdenes y capacidad de cálculo que se ejecutan de forma remota para realizar una acción aparentemente sencilla de forma local y que requieren indispensablemente de una omnipresente conexión a Internet.