Se nos llena la boca al hablar de la casa conectada, de todos los dispositivos sincronizados, de forma que podemos crear rutinas que nos hagan más fácil el día día, el que podamos controlar lo que ocurre en casa, aunque estemos ausentes gracias a nuestro móvil… pero si nos fijamos, en esta ecuación hay un punto que quizás pasamos por alto y se trata de un elemento fundamental, sin el cual todo nuestro hogar conectado se puede venir abajo como un castillo de naipes.
Por muchas aplicaciones que tengamos en el teléfono, incluso aunque usemos un puente o Hub como cerebro del hogar conectado, todo termina pasando por nuestro router y este puede ser un cuello de botella. Y cuando hemos adaptado la casa para funcionar gracias a Internet, el que nuestro router se «resfríe», puede ser un problema y gordo que se carga nuestra conexión Wi-Fi. Sigue leyendo Houston, tenemos un problema. El hogar conectado no sirve de nada cuando este aparato que todos tenemos en casa falla