La tecnología está permitiendo que se mejore la prevención de riesgos laborales aplicando diversos dispositivos inteligentes para monitorizar el estado de salud de las personas y las condiciones ambientales del espacio de trabajo. En este sentido, el proyecto europeo WorkingAge (WA) se ha centrado en la mejora de los puestos de trabajo para los empleados mayores de 50 años en tres entornos diferentes: oficinas, fábricas y movilidad.

El proyecto, que comenzó en febrero de 2019 y finalizará en enero de 2022, cuenta con una inversión de 3.997.166,25 euros, financiado íntegramente por los fondos de la Unión Europea Horizonte 2020. Liderado por la Fundación Instituto Tecnológico de Castilla y León, el consorcio se compone de 12 entidades pertenecientes a España, Grecia, Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Bélgica. La participación española en el consorcio también está representada por la Fundación Intras.
El proyecto WorkingAge está aplicando métodos innovadores de HCI, como Realidad Aumentada, Realidad Virtual, reconocimiento de gestos/voz y seguimiento ocular. De esta forma, se puede medir el estado emocional, cognitivo y de salud de los usuarios. Junto a estas tecnologías se utilizan sensores IoT, que ayudan a monitorizar las condiciones ambientales del entorno laboral. El objetivo principal es promover hábitos saludables en los usuarios para obtener un envejecimiento saludable dentro y fuera del entorno laboral.
Herramienta WorkingAge of Wellbeing
Para ello, el consorcio ha desarrollado la herramienta WorkingAge of Wellbeing (WAOW), la cual se probará y validará a través del análisis del comportamiento de los usuarios, recopilando datos de salud y preferencias, al tiempo que interactúa de forma natural con el trabajador. Los pilotos se llevarán a cabo en tres países diferentes, donde se monitorizarán a más de 90 usuarios mayores de 50 años, durante un año.

Esta solución integrada, basada en cinco algoritmos para interpretar los gestos, rostros, movimientos de los ojos, voz y neurometría, permitirá evaluar el estrés y la tensión de los trabajadores para la toma de decisiones. Los algoritmos utilizarán modelos híbridos que mezclan conocimientos a priori con metodologías de aprendizaje automático.
La herramienta WOAW dispone de cuatro licencias de software para las nuevas plataformas de interacción, basadas en gestos, voz, miradas e imágenes. Esta herramienta se compone de un conjunto de sensores, dispositivos portátiles, teléfono inteligente y la aplicación nativa WA, que proporciona la interfaz de usuario. Tanto los sensores como los teléfonos se conectarán al WA Edge Cloud y a los servidores externos mediante una red de malla local.
Los dispositivos que se aplicarán en cada piloto son cámaras de vídeo, para reconocer la expresión facial, el movimiento de los ojos y la postura del cuerpo; micrófono, para el análisis de voz; así como una pulsera inteligente, báscula, gafas inteligentes y sensores de CO2, temperatura y humedad, para monitorizar la salud de la persona y las condiciones ambientales.

Durante el desarrollo de los pilotos, se proporcionarán sensores adicionales a una persona por empresa. Los dispositivos adicionales son EEG-Headband, una pulsera empática E4 y unas gafas de seguimiento ocular, en este último caso se aplicarán a unas pocas personas, cuyo número aún no se ha definido. El conjunto de todos los factores permitirá analizar las correlaciones entre la tensión y las condiciones ambientales y, por lo tanto, establecer unas pautas al usuario para mejorar tanto su puesto de trabajo como su salud.
Pilotos de WorkingAge
Las pruebas piloto del proyecto WorkingAge se están llevando a cabo en tres países: España, Grecia y Francia, en tres sectores diferentes, en Mutua Universal en Barcelona (España), en la fábrica de GA RyA de Valladolid (España) y en First Aid Ambulance, compañía de ambulancias con sede en Grecia, liderada por Intras.

Durante un año, los individuos y grupos de personas de hasta 90 usuarios serán monitorizados en el laboratorio y en la empresa. El proyecto analizará, por un lado, a los profesionales de seguridad y salud o a los responsables de recursos humanos, y por otro lado, el entorno del trabajo para alcanzar el objetivo de prevención y seguimiento de la salud psicológica, física, cognitiva y social a largo plazo.
Cada uno de los pilotos deben tener unas condiciones concretas para el buen funcionamiento de los dispositivos, como, por ejemplo, disponer de un entorno silencioso para que los micrófonos sean capaces de recopilar bien la voz o que las condiciones ambientales no tengan exceso de humedad, polvo, etc., para que no se dañen los sensores.
En cada uno de los puestos de trabajo se implementarán diversos dispositivos. En los pilotos de la oficina y la fábrica, se instalarán sensores en el cuerpo de la persona y en el escritorio, como una cámara frontal para reconocer la expresión facial, micrófonos para la voz, un dispositivo para monitorizar el movimiento ocular, otra cámara lateral para controlar la postura corporal y varios sensores para la iluminación, ruido, temperatura o humedad. En el caso de la fábrica se descarta el uso del micrófono debido a que el ambiente es muy ruidoso, incluso, con la cancelación de ruido.

Asimismo, en la fábrica de GA RyA se va a implementar en algunos lugares de trabajo una aplicación específica de Realidad Aumentada (AR) a través de un módulo de la herramienta WA. Debido a que este tipo de aplicación tiene que desarrollarse específicamente para cada caso, el objetivo de estudio de esta parte es comprobar si la AR puede contribuir a la reducción de la sobrecarga mental del trabajador.
En este caso se proporcionará orientación al empleado que utilizará varios dispositivos de AR como Hololens, Magic Leap, etc. Para comenzar con el desarrollo personalizado de la solución, se recopilará información más detallada sobre el espacio de trabajo.
Privacidad de la información
Los dispositivos inteligentes aplicados en el proyecto WorkingAge manejan una gran cantidad de datos, por lo que se está trabajando para cumplir con las políticas de privacidad de datos (GDPR, por sus siglas en inglés).

Para cumplir con las normativas vigentes, los datos recopilados son cifrados y la identidad de los usuarios se almacena bajo un pseudónimo identificativo, por lo que todos los datos referentes al trabajador se asocian a la identificación cifrada y no a la persona. Solo el administrador tendrá acceso al archivo cifrado, que contiene la asignación del nombre e identificador del usuario. Por otro lado, la pseudoanonimización de los datos será realizada en un servidor implementado en la empresa. Cada tipo de datos será anónimo y ofuscado de una manera específica.
En el caso de los micrófonos, se ha creado un cifrado basado en clave pública. Con este cifrado, los sensores envían estos datos a una nube centralizada de almacenamientos, donde los socios de WorkingAge pueden acceder a ellos. Cada uno de los socios tiene permiso de forma legítima, es decir, solo accede a la información destinada al socio en cuestión.
El proyecto WorkingAge pretende garantizar la salud de los trabajadores mayores de 50 años, proporcionándoles unos espacios de trabajo adecuados y consejos para mantenerse sanos. La tecnología IoT permitirá analizar estos entornos para conocer cuáles son las causas que provocan malestar en la persona y poder actuar en consecuencia.
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