Cada vez somos más conscientes de la importancia del derecho a reparar. Muchos de los dispositivos que usamos en casa parecen tener una fecha de caducidad, pero optar por repararlos no solo nos permite ahorrar dinero, sino también contribuir al cuidado del medio ambiente.
Un buen ejemplo de esto lo viví recientemente con una estufa eléctrica de resistencias que tenía en casa. Una de las resistencias, de 600 W, dejó de funcionar, y en lugar de comprar una estufa nueva, decidí repararla yo mismo. Por menos de cuatro euros conseguí una resistencia de repuesto y logré alargar la vida útil del aparato.

Los tornillos estaban muy bien disimulados
El proceso no era extremadamente complicado, aunque algunas marcas dificultan la reparación de sus productos. En este caso, la mayor complicación fue acceder a los tornillos de la carcasa, ya que estaban cubiertos con embellecedores difíciles de retirar.

Quitarlos no fue fácil, pero lo logré
Una vez localizados, desmonté la estufa (los dos laterales) asegurándome previamente que estaba desenchufada, una precaución imprescindible para trabajar de manera segura.

Quitando los conectores

Rejilla retirada
Después de retirar la rejilla protectora, que estaba a presión, pude acceder a la resistencia dañada. Esta se encontraba dentro de un tubo protector y conectada en ambos extremos mediante terminales.

La resistencia averiada, la que va por dentro del tubo
Aunque el tubo estaba sucio, lo reutilicé porque el de la nueva resistencia era más corto y no encajaba correctamente. Aproveché el desmontaje para limpiar a fondo tanto el tubo como el panel interno de la estufa, eliminando polvo acumulado y suciedad adherida.

La nueva resistencia en el tubo viejo
Tras conectar cuidadosamente la nueva resistencia a las terminaciones cerámicas y los conectores, verifiqué que no hubiera contactos indebidos que pudieran causar cortocircuitos o disparar los diferenciales.


Antes de terminar, probé con el buscapolos que todas las conexiones eran correctas y que no había ninguna masa que pudiese poner en riesgo el funcionamiento de la estufa.
Finalmente, monté todo de nuevo, y la estufa quedó funcionando perfectamente, demostrando que muchas veces una pequeña reparación puede marcar la diferencia frente a la compra de un producto nuevo.
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La noticia
Así he arreglado mi vieja estufa por cuatro euros para no pasar frío en invierno: esta ha sido la clave
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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