Quería ofrecer energía limpia a 100.000 hogares y acabó en quiebra. Un proyecto termosolar del que culpan a una empresa española

Quería ofrecer energía limpia a 100.000 hogares y acabó en quiebra. Un proyecto termosolar del que culpan a una empresa española

Hace 10 años, Crescent Dunes fue inaugurada en Nevada como un innovador proyecto de energía termosolar con almacenamiento en sales fundidas, capaz de suministrar energía limpia a más de 100.000 personas. Este proyecto de 1.000 millones de dólares, impulsado por SolarReserve y respaldado por inversores como Warren Buffet y Citigroup, además de préstamos garantizados por el gobierno de EE.UU., prometía generar 500.000 MWh anuales durante 25 años bajo un contrato con NV Energy.

Sin embargo, múltiples factores llevaron a su fracaso: altos costes de mantenimiento y salarios, precios poco competitivos de la energía generada (135 dólares por MWh frente a menos de 30 dólares de las plantas fotovoltaicas), y problemas de ingeniería, como un depósito de almacenamiento defectuoso diseñado por ACS Cobra, según Bill Gould, cofundador de SolarReserve. Esto derivó en demandas por incumplimiento de contrato y mala gestión, culminando en la quiebra y expropiación de Crescent Dunes en 2020.

Un proyecto destinado al fracaso

La energía termosolar con almacenamiento en sales fundidas utiliza heliostatos (espejos móviles) para concentrar la luz solar en un receptor ubicado en una torre central. En este receptor, el calor del sol se transfiere a una mezcla de sales fundidas, que alcanzan temperaturas extremadamente altas, permitiendo almacenar grandes cantidades de energía térmica. Este calor puede mantenerse en tanques aislados durante horas o incluso días.

crescent dunes

Imagen: BLM Nevada

Cuando se necesita electricidad, las sales calientan agua para generar vapor, que impulsa una turbina conectada a un generador eléctrico. Tras ceder su calor, las sales se enfrían y se recirculan para reiniciar el proceso. Esto permite producir electricidad de manera constante, incluso en ausencia de luz solar.

Aunque esta tecnología destaca por su capacidad de almacenamiento y producción estable, enfrenta problemas de costes elevados y competencia con opciones más baratas y eficientes, como la energía fotovoltaica. A pesar de su potencial, su viabilidad económica es limitada, como lo demuestran proyectos fallidos como Crescent Dunes.

Cuando Crescent Dunes fue inaugurada en 2015, la tecnología de energía termosolar ya era considerada obsoleta frente a la energía fotovoltaica, más barata y eficiente. Aunque la planta reabrió en 2021 bajo la gestión de ACS (grupo del que Florentino Pérez es director) y un nuevo contrato con NV Energy, sus resultados han sido mediocres, produciendo solo 80.236 MWh en 2022, muy lejos de los objetivos originales. Hoy, Crescent Dunes es más un atractivo visual que un referente en energía renovable.

Imagen de portada | El Cierre Digital

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Quería ofrecer energía limpia a 100.000 hogares y acabó en quiebra. Un proyecto termosolar del que culpan a una empresa española

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Xataka Smart Home

por
Antonio Vallejo

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