Moho en el hogar: un enemigo silencioso para la salud y la vivienda

moho en interiores

En muchos hogares, la presencia de moho pasa desapercibida hasta que aparecen las típicas manchas oscuras en paredes o techos, el olor a humedad o incluso muebles deteriorados. Sin embargo, más allá de la estética, este hongo puede convertirse en una amenaza seria para la salud, especialmente para personas con problemas respiratorios o sistemas inmunitarios debilitados.

El moho se desarrolla con gran rapidez en ambientes húmedos y poco ventilados, siendo común en baños, dormitorios e incluso en aparatos como lavadoras o aires acondicionados. Según los expertos y diversos estudios recientes, su presencia no solo afecta al bienestar diario, sino que puede llegar a provocar enfermedades pulmonares graves como la neumonitis por hipersensibilidad.

Riesgos para la salud: mucho más que una simple mancha

proliferación de moho en la vivienda

Estudios del ámbito médico, como el publicado por el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas y la revista PLOS One, han señalado que la exposición continuada al moho puede estar detrás de una proporción significativa de casos de enfermedades intersticiales pulmonares. En concreto, se ha observado que cerca de un 23% de los pacientes con neumonitis por hipersensibilidad la desarrollaron por contacto con moho en sus hogares.

Esta enfermedad puede causar daño crónico en los pulmones, y su evolución depende en gran medida de identificar y eliminar el foco de humedad y moho. Aunque muchas personas notan mejoría tras tomar medidas para erradicar la causa, en situaciones avanzadas pueden quedar secuelas permanentes debido a la aparición de tejido cicatricial en los pulmones.

Como indican fuentes de la Organización Mundial de la Salud, convivir con moho también puede agravar alergias, asma y favorecer infecciones respiratorias, sobre todo en niños, ancianos y personas vulnerables.

Ambientes propicios: dónde suele aparecer el moho

lugares con humedad en casa

El moho encuentra su ambiente ideal en espacios donde la humedad se acumula y la ventilación es insuficiente. Habitaciones con condensación, baños, cocinas, sótanos y zonas tras muebles pegados a paredes frías son escenarios habituales.

La presencia de agua estancada, goteras, filtraciones o daños por fugas incrementa notablemente el riesgo. Además, aparatos eléctricos como lavadoras, secadoras o frigoríficos pueden ser focos si no se ventilan correctamente tras su uso, ya que la humedad residual favorece el crecimiento de esporas que después se esparcen por el aire interior.

Ventilar las habitaciones, evitar el uso excesivo de humidificadores y vigilar que no se acumulen residuos orgánicos en zonas húmedas son medidas básicas para ponerle freno.

Medidas prácticas para evitar y eliminar el moho

La mejor estrategia es la prevención. Mantener la vivienda seca y bien aireada es esencial, pero cuando el moho ya ha aparecido, es imprescindible actuar rápidamente para limitar su expansión:

  • Ventila a diario todas las estancias, especialmente tras duchas, al cocinar o tender ropa húmeda.
  • Repara de inmediato cualquier fuga de agua o filtración en techos, paredes y tuberías.
  • Deja abierta la puerta de la lavadora durante unas horas tras cada uso para evitar humedad residual y malos olores.
  • Limpia periódicamente juntas, esquinas y zonas ocultas donde suele acumularse humedad, como tras muebles pegados a la pared o debajo de fregaderos.
  • En caso de detectar moho, limpia con productos adecuados o recetas naturales siguiendo siempre las indicaciones de seguridad para evitar su reaparición.

Remedios naturales como vinagre, bicarbonato o agua oxigenada (si el material lo permite) pueden ser efectivas para manchas leves y contribuyen a prevenir su reincidencia.

Sistemas tecnológicos y soluciones profesionales

En edificios históricos, espacios de valor patrimonial o viviendas con problemas crónicos de humedad, existen soluciones tecnológicas no invasivas que ayudan a controlar la humedad en su origen. La tecnología electrofísica permite regular la humedad en muros sin obras, protegiendo tanto la salud como la estructura.

Además, los expertos recomiendan apostar por la impermeabilización y aislamiento de las viviendas para evitar futuros problemas de humedad. El uso de membranas impermeabilizantes, sistemas de aislamiento térmico y la correcta estanqueidad de ventanas y cubiertas ayudan a reducir significativamente la proliferación de moho en el hogar.

El moho doméstico representa un peligro que afecta tanto a la salud como a la durabilidad del inmueble. Vigilar la humedad, ventilar adecuadamente y actuar ante los primeros signos son pasos claves para mantener una vivienda sana y segura. La combinación de medidas preventivas, remedios naturales y tecnologías modernas se convierte en la mejor defensa contra este enemigo persistente.