Vivo en la costa y la humedad me mata. Así la mantengo a raya dentro de casa

Vivo en la costa y la humedad me mata. Así la mantengo a raya dentro de casa

Durante todo el año vivo en Granada, una ciudad de interior con un clima seco y extremo, donde el frío y el calor se sienten con intensidad. Sin embargo, paso algunas temporadas en la costa y el cambio de ambiente es evidente. La humedad se convierte en el mayor desafío, ya que me resulta especialmente difícil de soportar, por lo que he desarrollado una serie de trucos para controlarla dentro de casa.

No es nada agradable pasar de una humedad relativa del 20 % o 30 % a niveles que, en ocasiones, rozan o hasta superan el 80 %. Este aumento hace que el día a día sea mucho más incómodo —dormir, por ejemplo, se convierte en toda una odisea— y aunque en la calle es imposible evitarlo, en el interior de la vivienda he conseguido mantenerla bajo control.

¿Por qué hay más humedad en la costa?

Humedad

Este día fue tremendo. Ventanas abiertas, mediodía con niebla espesa y sin aire

La humedad en las viviendas situadas en zonas costeras es un fenómeno difícil de evitar. Es una consecuencia directa de su proximidad al mar, que provoca que el aire contenga altos niveles de humedad y partículas salinas. Esto se traduce en cambios que notamos a diario: la ropa tarda más en secarse, sudamos incluso sin hacer esfuerzo, al abrir la nevera la condensación se adueña de todo… y eso sin entrar en los efectos sobre la salud.

Cuando este exceso de humedad no se controla, puede dificultar el descanso, favorecer la aparición de moho y ácaros, e incrementar el riesgo de alergias y problemas respiratorios. Uno de los efectos más molestos es que sudamos más, ya que la alta humedad dificulta la evaporación del sudor, el mecanismo natural del cuerpo para regular la temperatura.

A igual temperatura, el calor se percibe más intenso cuando la humedad es elevada. Como explican en ElTiempo.es, para medir esta sensación se utiliza el heat index, un índice que combina la temperatura y la humedad relativa. Por ejemplo, un día con 30 °C y un 50 % de humedad genera una sensación térmica de 31 °C, mientras que con un 90 % de humedad la sensación sube hasta los 41 °C. En otras palabras, a pesar de que el termómetro marque lo mismo, la percepción del calor puede ser mucho mayor.

Cómo afecta la humedad

Humedad

Demasiado cerca del mar

Por lo tanto, el efecto de la humedad es evidente: aunque la temperatura sea la misma, el calor húmedo resulta mucho más agobiante que el calor seco, y el principal responsable es el sudor. En ambientes con alta humedad relativa, el sudor no puede evaporarse correctamente, lo que impide que el cuerpo utilice su principal mecanismo natural de refrigeración. Como consecuencia, aumenta la sensación de bochorno, la fatiga y el sofoco.

Además, el calor húmedo también afecta al descanso, ya que dificulta que el cuerpo reduzca su temperatura durante la noche, empeorando notablemente la calidad del sueño.

Esta diferencia queda reflejada en el llamado índice de bochorno, que combina temperatura y humedad para estimar la sensación térmica real. Por este motivo, muchas personas prefieren vivir en lugares con temperaturas más altas pero secos —como algunas zonas del interior— antes que en climas costeros húmedos. Y es que, aunque el termómetro marque más grados, el calor seco suele percibirse como mucho más soportable.

Cual es la humedad ideal en casa

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Imagen | Kaffeebart en Unsplash

Hablar de controlar el grado de humedad en casa es hablar, también, de garantizar un adecuado confort térmico. No se trata solo de una cuestión de comodidad, sino también de salud, ya que mantener niveles óptimos de humedad ayuda a reducir el riesgo de infecciones respiratorias, alergias y, además, favorece un mejor descanso.

Según diversos estudios —como el publicado en Environmental Health Perspectives—, el nivel ideal de humedad en el hogar debe situarse entre el 40 % y el 60 %. Mantenerse en este rango no solo mejora la sensación de confort, sino que también limita la propagación de virus, bacterias, ácaros y hongos, contribuyendo así a un ambiente doméstico más saludable.

Cómo (intento) controlar la humedad

Humedad

¿Qué hago para intentar controlar la humedad? Admito que puede sonar fatal, pero cuando estoy en la playa a veces lo que más deseo es subirme al coche solo para disfrutar del aire acondicionado. Aun así, en casa intento aplicar distintas estrategias para minimizar el problema, sobre todo teniendo en cuenta que muchos días la humedad supera el 70 %.

Lo primero es ventilar. Igual que hago a diario en Granada, pero aquí con más cuidado. Abro las ventanas a primera hora de la mañana o por la noche, cuando el aire es más fresco y seco. En cambio, durante las horas centrales del día, si el aire exterior está muy cargado de humedad, prefiero mantenerlas cerradas. Sin embargo, esto muchas veces no es suficiente.

Por eso recurro a los deshumidificadores, que en la playa se convierten en un elemento básico. Aunque su efectividad no es absoluta, sí me ayudan a mantener bajo control la humedad en zonas concretas como baños o dormitorios. En los cuartos de baño y la cocina aprovecho al máximo el extractor y, si es posible, opto por un sistema de ventilación mecánica para toda la vivienda, que resulta muy útil para mantener una humedad más estable.

Otra medida que tomo es evitar acumular ropa húmeda o toallas dentro de casa. Las de playa o piscina van directamente al tendedero del patio. Y aunque me encantan las plantas, en la vivienda de la playa limito su presencia, ya que también pueden incrementar la humedad ambiental.

Por último, el aire acondicionado es, sin duda, el método más eficaz para reducir la humedad… pero también el menos económico. Así que lo utilizo con cabeza: con la casa bien ventilada, cierro puertas y ventanas, lo pongo un rato y veo en el higrómetro cómo la humedad baja rápidamente. Después, para mantener el ambiente, paso al modo “Dry”, que, aunque no enfría tanto como el modo normal, extrae bastante humedad sin disparar tanto el consumo.

Estos hábitos no solo contribuyen a crear un entorno más sano y cómodo dentro de casa. Luego, al abrir la puerta para salir a la calle el bofetón de realidad no tiene nombre, pero al menos dentro de casa se hace más llevadero.


La noticia

Vivo en la costa y la humedad me mata. Así la mantengo a raya dentro de casa

fue publicada originalmente en

Xataka Smart Home

por
Jose Antonio Carmona

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