Si somos los afortunados poseedores de un aire acondicionado en casa probablemente ya lo hayamos encendido alguna vez durante los meses de junio y julio, pero agosto suele ser la época donde más uso hacemos de estos aparatos dadas las altas temperaturas típicas en la mayor parte del país.
Esto no es problema si los equipos están en buenas condiciones y trabajan adecuadamente para generar fresquito en casa. Pero puede que por algún mal mantenimiento, descuidos o simplemente por exceso de trabajo y temperaturas nuestro querido aparato falle y nos deje tirados en plena ola de calor.
El problema, además del gasto que supone, es que en estas fechas se juntan las vacaciones de muchas empresas del sector y una enorme saturación de los instaladores y técnicos que quedan de guardia, por lo que al final puede que tarden varias semanas en venir a solucionar nuestra avería. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Cómo mantener el aire acondicionado para que no falle y qué vigilar
Aunque hay averías que van a escapar a nuestro control porque falle algún componente o pieza y no podamos hacer nada para evitarlo, sí que es posible tomar unas mínimas precauciones para tratar de prolongar la vida útil de los equipos y asegurar su buen funcionamiento.
Una de las causas más frecuentes de que el aire acondicionado deje de funcionar temporalmente son los sobrecalentamientos, algo que como vimos en este artículo suelen estar causados por exceso de calor en la unidad exterior debido a que le da mucho sol de forma directa.
Es una situación que suele darse durante las olas de calor y para la que a veces no hay mucho remedio si el equipo está ya instalado en la fachada y no lo podemos mover. No obstante, si no es el caso todavía hay cosas que podemos llevar a cabo para evitarlo.
Por ejemplo, si la unidad exterior está en un sitio accesible como en el suelo de una terraza o patio y le da el sol directamente en algunas horas del día, podemos probar a ponerle algún tejido, cartulina o similar que funcione como toldo para quitarle unos grados extra.
También podemos tratar de no encenderlo justo en las horas donde más incide el calor sobre el aparato o si lo hacemos seleccionar una temperatura más alta de lo normal para que trabaje menos. El momento concreto dependerá de la situación concreta de nuestra vivienda, pero en algunos casos retrasar su encendido una o dos horas puede marcar la diferencia. No nos refrescará durante ese tiempo, pero podemos evitar una avería por exceso de temperatura.
Vigilar que el flujo de aire sea bueno y que no huela mal al poco de encenderlo es esencial. Si esto sucede puede que haya exceso de acumulación de humedad en los conductos, suciedad en los filtros y bandejas de condensación. Puede indicar que algún drenaje está obstruido lo que favorece el crecimiento de moho, bacterias y hongos.
Imagen: José Antonio Carmona
La solución pasa por una limpieza de estos elementos con productos desinfectantes especializados. De hecho, limpiar los filtros es algo básico para asegurar el buen funcionamiento de los equipos. Unos filtros extremadamente sucios pueden llegar a bloquear la salida de aire haciendo que además de mal olor no nos llegue el frescor, tengamos que bajar más la temperatura y al final estemos haciendo que la máquina trabaje más intensamente en los días de más calor, acelerando posibles averías.
Conviene revisar también que el aire acondicionado no gotea por el split. Este es un síntoma que indica que hay obstrucciones parciales o totales en los desagües del sistema de drenaje, en la bandeja de condensación o que la bomba que saca el agua al exterior, si la tiene nuestro equipo, no funciona.
Es importante solucionar esta situación rápidamente para evitar daños mayores en el equipo y en el resto de elementos del hogar, sobre todo si tenemos aparatos eléctricos bajo el aire acondicionado que puedan mojarse.
También es necesario estar atentos al ruido que produce el aparato. Cada uno es diferente y más o menos sabremos cual es el habitual del nuestro. Si en algún momento notamos que hay un exceso de ruido cuando está en marcha el aire acondicionado puede ser indicador de que hay tornillos sueltos, paneles o filtros mal colocados, fallos en los ventiladores o que los plásticos han perdido firmeza con los cambios de temperatura.
En general y salvo averías grandes repentinas, no hace falta ser un experto para saber si nuestro aire acondicionado trabaja bien o está teniendo un problema que pueda ocasionar que deje de funcionar en poco tiempo. Fijándonos un poco y haciendo unas tareas básicas de mantenimiento es posible evitar problemas mayores cuando más lo necesitamos.
Imagen portada | LG
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La noticia
No quiero que el aire acondicionado me deje tirado en plena ola de calor: esto es de lo que conviene estar pendientes para evitarlo
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Xataka Smart Home
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Paco Rodríguez
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