En esta página ya conté cómo instalé en su momento una mirilla conectada que resultó muy útil en casa. Sin embargo, había otro dispositivo que me planteaba poner y que finalmente instalé en casa de mis padres: un timbre inteligente que, con el uso diario, se ha convertido en algo indispensable para ellos.
El problema que tenían era que la puerta quedaba demasiado lejos del salón y, aún más, de la terraza, de modo que muchas veces, cuando alguien llamaba, apenas se oía. La solución pasaba por un timbre conectado y, aunque al principio tenía mis dudas, ahora no pueden vivir sin él.
No importa que esté lejos de la puerta
Aprovechando que mis padres conservaban un antiguo hub de SwitchBot que yo tenía por casa y que les di, decidí instalarles un timbre de la misma marca. Así podían gestionarlo todo desde la misma aplicación en el móvil, donde ya controlan varios sensores de temperatura, termómetros conectados e incluso un avisador de fugas de agua.
El SwitchBot Smart Video Doorbell es un videoportero inteligente compuesto por dos dispositivos: el timbre exterior y un monitor interior de 4,3 pulgadas que permite ver y responder sin necesidad de usar el teléfono.
Paso 1: instalación
El timbre exterior lo instalé aprovechando uno de los agujeros ya existentes (se necesitan dos) y me olvidé de la alimentación eléctrica, ya que funciona con una batería recargable de 5.000 mAh que, según el fabricante, puede durar hasta 19 meses. También admite alimentación por cable o panel solar, aunque en mi caso esta última opción no era viable ni tampoco quería comprar ese accesorio.
Antes de instalar
En relación con la carga de la batería, me preocupaba un poco la facilidad con la que habría que retirar el timbre para cargarlo (queda firmemente sujeto a la base). Tras varias pruebas, descubrí que era necesario utilizar un pequeño accesorio similar al que se emplea para extraer la bandeja SIM de los teléfonos móviles. De todas formas tengo asumido que es una tarea que tendré que realizar yo mismo.
Al principio me frenaba la idea de que cualquiera pudiera quitarlo con facilidad, pero finalmente decidí asumir ese riesgo. En la práctica, la ranura está bastante bien oculta, el acceso no resulta sencillo y, además, el rellano no es un lugar demasiado expuesto al paso de gente.
El dispositivo graba en resolución 2K, ofrece un ángulo de visión de 135° y cuenta con visión nocturna gracias a sus LEDs infrarrojos y focos de luz. Además, dispone de certificación IP65, lo que garantiza resistencia al agua y al polvo, y puede funcionar sin problemas en un rango de temperaturas de –20 °C a 45 °C. No obstante, al estar instalado en un rellano y no quedar expuesto directamente a la intemperie, esta protección extra no resulta una característica esencial en mi caso.
El monitor interior funciona conectado a la corriente (un aspecto que no me convenció del todo) e incorpora una pantalla IPS con resolución de 480×272 píxeles, suficiente para reconocer con claridad básica a quien llama a la puerta. Además, permite responder en el momento, consultar grabaciones y, en caso de contar con una cerradura compatible, integrarla y gestionarla directamente desde el propio monitor.
El monitor interior es bastante grueso
El monitor interior resulta bastante voluminoso y pesado, y hubiera sido un acierto que incorporara una batería integrada para no depender siempre de un enchufe. Y aunque este detalle no es algo que preocupe demasiado a mis padres, sí condiciona su ubicación, obligándoles a tenerlo cerca de una toma de corriente.
Paso 2: configuración
La configuración no pudo ser más sencilla. Lo primero que hice fue cargar el timbre. Para ello abrí el sello de goma situado en la parte inferior, conecté el cable USB C y lo dejé cargando hasta que la luz indicadora pasó de rojo a verde, señal de que la batería estaba completa.
Luego activé el timbre retirando un pequeño protector y deslizando un botón, y abrí la aplicación de SwitchBot, inicié sesión y toqué el icono “+” en la esquina superior derecha para añadir un nuevo dispositivo.
En el menú seleccioné “Añadir dispositivo” y, dentro de las categorías, busqué los dispositivos que estaban cerca y ví el “Smart Video Doorbell”. Antes, eso sí, lo tuve que poner en modo detección (pulsando a la vez los dos botones del monitor).
A partir de ahí, la propia aplicación me fue guiando con las instrucciones de instalación, que explican cómo usar el kit de montaje en pared o el kit de ángulo incluido en la caja.
En visión con poca luz se ve sin problemas
En cuanto a la instalación, procuré colocar el timbre a una altura adecuada para garantizar una visión cómoda al recibir visitas. En mi caso no fue necesario utilizar el kit de ángulos incluido para orientar la cámara del timbre, ya que su posición permite capturar las imágenes sin reflejos ni inconvenientes.
Había mucha separación del timbre al videoportero
Tenía cierta duda respecto a la distancia entre el salón y el balcón hasta la puerta del piso, pues no sabía si la señal llegaría correctamente desde el timbre hasta el monitor. Además, al necesitar este último un enchufe, no podía ubicarse en cualquier sitio. Finalmente, la señal se recibió sin problemas (una de las ventajas de la red WiFi de 2.4 GHz) y no hubo cortes en la transmisión de las imágenes.
Haciendo pruebas de configuración
Aunque el dispositivo ofrece funciones avanzadas, como grabación al detectar movimiento mediante un algoritmo de IA o la posibilidad de insertar una tarjeta de memoria, en este caso opté por no activarlas. Mis padres únicamente lo querían para saber cuándo alguien llamaba a la puerta y, además, preferí evitar posibles conflictos legales o malentendidos con los vecinos.
Ahora pueden saber cuándo alguien llama a la puerta, viendo la imagen en tiempo real e incluso hablando gracias a la comunicación bidireccional. Ya no tienen que levantarse de forma apresurada o con sobresaltos cada vez que suena el timbre.
Además, cuando alguien llama a la puerta no solo se activa la alarma sonora en el monitor interior, sino que también se envía una notificación en tiempo real al teléfono móvil, en el que tienen la aplicación de SwitchBot indicando que hay alguien esperando. Gracias a esta función, mis padres pueden saber en todo momento si alguien toca al timbre, incluso cuando no están en casa.
Aunque no han utilizado esta opción con frecuencia, resulta muy útil para mantenerse informados a distancia y tener un mayor control de lo que ocurre en la entrada. En la práctica, supone una tranquilidad extra, ya que les permite comprobar en cualquier momento quién llama sin necesidad de estar físicamente presentes.
Lo cierto es que poco a poco se han acostumbrado a este timbre y ya no tienen problemas para escuchar cuando alguien llama a la puerta. Se acabaron las llamadas al móvil y que el timbre no se oiga.
En Xataka SmartHome | Este cerrajero alerta sobre las mirillas digitales: la Agencia Española de Protección de Datos lo deja muy claro
–
La noticia
Mis padres no escuchaban el timbre y les he puesto uno con WiFi. Ahora no pueden pasar sin el
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
.