La «regla de las 4 horas» al consumir el agua del grifo: qué es y por qué es importante para nuestra seguridad

La "regla de las 4 horas" al consumir el agua del grifo: qué es y por qué es importante para nuestra seguridad

Si vivimos en un entorno urbanizado, en general el agua que sale de nuestros grifos es potable y en la mayoría de ciudades de muy buena calidad, aunque siempre puede haber alguna excepción por problemas puntuales, como en verano si los niveles de los embalses o pozos bajan mucho.

No obstante, muchos ciudadanos consumimos a diario agua del grifo, ya sea para beber o cocinar, sin pensar en nada más. Simplemente abrimos el grifo y llenamos el vaso o la cacerola. ¿Es necesario tomar alguna precaución más?

Como explicábamos en este artículo, podemos fijarnos en que sea clara, transparente y que no tenga olor ni sabor ninguno, por lo que si tiene un aspecto anaranjado, marrón o huele a algo (incluso como a cloro o lejía) podría indicar un problema. Pero además de esto hay gente que recomienda lo que se ha venido a llamar la «regla de las 4 horas». ¿En qué consiste?

La «regla de las 4 horas»

La «regla de las 4 horas» es una recomendación en principio no oficial pero que podemos encontrar tanto en redes sociales como en canales de YouTube con expertos en consumo y salud y publicaciones online especializadas en esta temática.

Básicamente establece que el agua de grifo es buena siempre que se encuentre en constante circulación. Es decir, podemos consumir tranquilamente el agua del grifo que viene directamente desde el origen de la distribución, pero no tanto la que se ha quedado acumulada en nuestras tuberías e instalaciones domésticas.

El problema que suelen esgrimir es que, en algunas viviendas antiguas con instalaciones obsoletas puede darse el caso de las que las tuberías que transportan el agua hasta el grifo estén corroídas, oxidadas, deterioradas o simplemente sucias por la acumulación de residuos durante años.

¿Qué proponen? Pues que dejemos correr el agua antes de consumirla. Si un grifo no ha estado abierto durante las cuatro horas anteriores lo recomendable es dejar correr el agua entre 15-60 segundos o hasta que el agua salga fría.

Si consumimos el agua que ha quedado estancada en las tuberías durante esas cuatro horas o más, no sólo puede tener un sabor y aroma diferente al agua fresca y en constante circulación, sino también puede tener mayor riesgo de proliferación de microorganismos patógenos. 

¿Qué hacemos con ese agua que no vamos a consumir? Pues podemos guardarla en un recipiente, como una olla o un cubo y usarla para otras tareas, como fregar el suelo o regar las plantas.

Imagen portada | Bluewater Sweden

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La «regla de las 4 horas» al consumir el agua del grifo: qué es y por qué es importante para nuestra seguridad

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Xataka Smart Home

por
Paco Rodríguez

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