La arquitectura también tiene su McDonald’s: así son los “edificios cebra” que invaden las ciudades y están cargados de polémica

La arquitectura también tiene su McDonald's: así son los “edificios cebra” que invaden las ciudades y están cargados de polémica

Es posible que en tu ciudad hayas notado la aparición de nuevos edificios con un aspecto muy llamativo: construcciones de fachadas blancas atravesadas por franjas negras que delimitan balcones y ventanas. Son los conocidos como “edificios cebra”, y su expansión ha generado un intenso debate entre profesionales del sector y ciudadanos.

Estos bloques de viviendas se han convertido en un fenómeno urbano cada vez más visible en toda España, especialmente en zonas de reciente desarrollo o expansión urbanística. Aunque son edificios de nueva construcción, la polémica los acompaña desde sus primeros proyectos, dividiendo opiniones entre quienes los consideran modernos y quienes los ven como un ejemplo de uniformidad arquitectónica.

Conviene aclarar que el término “edificios cebra” no define un estilo arquitectónico en sentido estricto, sino más bien una tendencia constructiva estandarizada. En ella, las decisiones estéticas y técnicas suelen responder a criterios económicos y de eficiencia antes que a una reflexión creativa o una adaptación al entorno local.

Por lo general, se trata de bloques de viviendas blancas con franjas horizontales oscuras, que coinciden con los balcones o las líneas de ventanas, generando un efecto visual similar al del pelaje de una cebra. Esta composición, repetida una y otra vez en distintas ciudades, ha provocado una sensación de homogeneización del paisaje urbano.

El fenómeno se ha extendido rápidamente por numerosas poblaciones y ha dado lugar a profundas discusiones entre arquitectos y urbanistas. Buena parte de su notoriedad se debe a la cuenta de Instagram @bloque_cebra, que se dedica a recopilar ejemplos de este tipo de construcciones por toda España y ha contribuido a abrir un debate más amplio sobre la calidad y la identidad de la arquitectura residencial contemporánea.

Las acusaciones a este tipo de viviendas

Cebra

Este tipo de edificaciones no escapa a la polémica. Más allá de que su diseño pueda resultar atractivo o no, muchos críticos les reprochan una completa falta de identidad local. Son construcciones impersonales, fácilmente replicables en cualquier ciudad, como si fueran una franquicia arquitectónica, sin esfuerzo por integrarse en el entorno ni respetar la estética o el carácter del resto de edificaciones del lugar.

Pero las críticas no terminan ahí. Numerosos expertos sostienen que estas viviendas responden ante todo a criterios de rentabilidad, priorizando los beneficios económicos por encima de la calidad arquitectónica o la sostenibilidad urbana. Los promotores suelen apostar por modelos estandarizados, fáciles de reproducir y comercializar, lo que reduce el papel del arquitecto a una función puramente técnica, sin margen para la creatividad.

Cebra

Imagen | Google Maps

Precisamente este último punto me llevó a hablar con un arquitecto de confianza, quien confirmó prácticamente todo lo anterior. Lo resumió con una sola frase que, en su opinión, define perfectamente el problema:

“Es la arquitectura que vende frente a la arquitectura de valor”.

Desde su punto de vista “los edificios cebra son el resultado de un mercado regido por números y de unos arquitectos que se ven obligados a eso o a nada. Muchos de ellos, la mayoría piensan que para lo que se hacía antes… pero es un modelo aplicado a nivel internacional y la arquitectura no funciona cuando se replican soluciones sin importar la ubicación, la orientación, la historia o la sociedad en la que se inserta el edificio”.

Maps

Imagen | Google Maps

Empobrecimiento del entorno. Otro de los aspectos más controvertidos de este tipo de construcciones es su escasa conexión con el espacio público. Estos bloques tienden a cerrarse sobre sí mismos, con plantas bajas poco activas y una interacción mínima con la calle, lo que termina por debilitar la vida urbana y restar vitalidad a los barrios.

A menudo se desarrollan manzanas completas o urbanizaciones formadas únicamente por viviendas, donde las plantas bajas se destinan también a uso residencial. Esto provoca la ausencia de locales comerciales, servicios o espacios de encuentro, generando barrios monótonos y carentes de dinamismo, sin la mezcla de usos que aporta actividad, seguridad y vida al entorno.

Un impacto visual repetitivo. La última crítica y quizás la más conocida, es la que tiene que ver con el aspecto: las franjas oscuras y claras repetidas generan paisajes monótonos y uniformes, considerados por algunos como una forma de “arquitectura rápida”, funcional pero carente de carácter.

Por último, algunos expertos señalan que detrás de su apariencia moderna pueden esconderse deficiencias técnicas, como problemas de aislamiento térmico, ventilación o confort interior, consecuencia de diseños enfocados más en la estética exterior que en la habitabilidad.

El fenómeno se ha extendido por ciudades como Madrid, Valencia, Bilbao, Pamplona o en mi ciudad, Granada, donde barrios como Albayda o La Chana ya cuentan con varios ejemplos de este tipo de construcciones. 

Imagen portada | Google Maps

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La arquitectura también tiene su McDonald’s: así son los “edificios cebra” que invaden las ciudades y están cargados de polémica

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Xataka Smart Home

por
Jose Antonio Carmona

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