Entre los sistemas de calefacción más eficientes y con los que podemos lograr un mejor rendimiento en casa sin gastar una fortuna en la factura eléctrica se encuentran los aires acondicionados con bomba de calor.
Son equipos que dan aire frío en verano pero también calor en invierno con un rendimiento muy superior al de los clásicos radiadores eléctricos. Sin embargo, no siempre sabemos usarlos de la forma óptima y en ocasiones no aprovechamos todas las posibilidades que nos ofrece su tecnología.
Por ello a continuación vamos a repasar una serie de consejos básicos que conviene tener en cuenta si estamos pensando en emplear este tipo de aparatos como sistema principal de calefacción de la vivienda.
Colocar adecuadamente las aspas del aire
Uno de los errores más habituales con los aires acondicionados, sobre todo con los modelos de tipo «split» está relacionado con la posición de las aspas. Puede parecer que prácticamente no tiene importancia cómo las coloquemos, pero en el modo calefacción será fundamental para lograr una temperatura confortable gastando menos.
En verano, cuando emiten aire frío, lo habitual suele ser que las tengamos apuntando hacia arriba por varios motivos: para que no nos dé una corriente directa de aire frío que puede ser perjudicial para la salud, pero también para lograr una mejor distribución del chorro de aire por la sala.
En invierno tenemos que hacer justo lo contrario, es decir, bajar las aspas para que emitan el aire directamente hacia la parte inferior de la sala. No tiene por que ser justo hacia el suelo, sino más bien en una posición intermedia que permita llevar el aire hasta nuestra ubicación.
Si no hacemos esto y dejamos que el chorro de aire se emita hacia arriba o en paralelo al techo, como el aire caliente sube se creará una zona de temperaturas más elevadas en la capa superior de la sala que hará saltar el termostato del equipo antes y para alcanzar la temperatura de confort en la zona inferior (por ejemplo sentados en un sofá) tendremos que subir un par de grados, con el consiguiente gasto eléctrico.
Elegir bien la temperatura objetivo
Imagen: José Antonio Carmona
Otro de los puntos fundamentales para lograr la máxima eficiencia en el consumo eléctrico está relacionado con la elección de la temperatura objetivo en el aire acondicionado.
A diferencia de otros sistemas de calefacción como una estufa, radiadores eléctricos o de agua que suelen estar situados en las zonas inferiores de la sala dándonos calor directo, los aires acondicionados se instalan en las zonas altas de las paredes, muy alejados del usuario en altura y en ocasiones también en distancia longitudinal.
Esto puede hacer que la temperatura ideal que seleccionemos en el mando a distancia nunca llegue a alcanzarse y estemos siempre con sensación de frío a nos ser que subamos varios varios grados el termostato.
Para estos casos y para tener más controlada la temperatura real lo conveniente es contar con un termómetro externo que colocaremos cerca de donde solamos estar con mayor frecuencia (por ejemplo junto al sillón en una mesa, etc.). Entonces tendremos que variar la temperatura del equipo hasta que logremos alcanzar la temperatura de confort en el termómetro externo.
En general puede haber fácilmente dos o tres grados de diferencia entre lo que marquemos en el aire y la temperatura real en nuestra posición, algo que dependerá de la altura de instalación y distancia hasta el chorro de aire.
Controlar bien el chorro de aire
A diferencia de la época de verano donde no solemos querer que nos dé el aire de forma directa para lo cual solemos apuntar el chorro lejos de nosotros y/o reducimos su intensidad, en invierno sucede todo lo contrario.
Lo habitual es que, aunque no deseamos que nos incida una corriente de aire fuerte si suele ser agradable una suave brisa de aire templado alrededor nuestro. Por ello otro punto fundamental para extraer todo el potencial del equipo pasa por regular bien la intensidad del chorro de aire.
Esto además nos permitirá llevar el calor de forma más precisa hasta nuestra posición en salas muy grandes donde estamos alejados del equipo. Es por ejemplo el caso de salones alargados donde la salida de aire está en un extremo y nosotros en el otro. Si no seleccionamos un buen nivel de movimiento en el ventilador del equipo se formarán bolsas de aire caliente en el otro lado de la sala y nosotros nos quedaremos pasando frío, por lo que subiremos el termostato y gastaremos más.
También puede resultar útil en estos casos, si nuestro equipo lo permite, usar la función de movimiento de las aspas de forma automática. Esto permite repartir mejor el aire por la sala y reducir estas bolsas de acumulación de aire caliente.
Hacer un buen mantenimiento previo
Este es un punto fundamental al que muchas veces no prestamos la atención que debería. Y es que, hacer un buen mantenimiento de los aparatos antes de su puesta en marcha o incluso a mitad de temporada si los hemos usado mucho resulta fundamental para lograr un funcionamiento eficiente y sacarles el máximo partido.
Conviene limpiar y revisar los filtros del aire para quitar polvo y otros residuos que pueden obstruir la salida de aire reduciendo la eficacia de los aparatos, pero también por motivos de higiene.
Un filtro sucio puede acumular microorganismos potencialmente patógenos que al final se distribuyen por el aire y llegan hasta nosotros. Pero también se acumulan residuos que pueden causar malos olores cada vez que encendemos el equipo.
Otro punto importante consiste en revisar que la salida de los tubos de drenaje esté en buenas condiciones para que el agua de la condensación salga sin problemas al exterior y no nos rezume por la pared.
Imagen portada | Xataka Smart Home
En Xataka Smart Home | Quiero poner aire acondicionado en casa: qué potencia de refrigeración necesito en cada habitación para estar fresquito y ahorrar luz
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Si tienes un aire acondicionado con bomba de calor, así puedes exprimirlo al máximo para calentar la casa este invierno ahorrando luz
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Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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