Hace unos días fui con un amigo a varias grandes superficies donde tienen expuestas decenas de televisores, barras de sonido y sistemas de cine en casa, para ver de primera mano las últimas novedades del sector y repasar las ofertas que tenían disponibles.
Lamentablemente los tiempos en que tenían salas dedicadas al cine en casa donde podías escuchar demostraciones de varios equipos parece que son ya cosa del pasado, así que si quieres elegir un modelo o compararlo con el resto de la exposición tienes que guiarte por un pequeño texto escrito en letras diminutas y como mucho la descripción de la caja, si está expuesta.
También puedes acudir a buscar el nombre del modelo por Internet usando el móvil, algo que te llevará a las especificaciones generales del fabricante con poca información útil para poder comparar bien. Además de que ponerse a mirar esta info en plena tienda no es lo más cómodo ni eficaz y probablemente no encontremos varios de los datos más importantes que influirán en la calidad del sonido.
¿Qué hicimos nosotros? Pues dado que las barras y altavoces están expuestas supuestamente para que podamos «tocarlas», fue precisamente lo que nos dispusimos a hacer. No tocarlas porque sí, sino para verificar varias cosas importantes y poder comparar unos modelos con otros.
Materiales, calidad de construcción y peso

Imagen: Bose
Hay algunas características que inmediatamente deberían echarnos para atrás a la hora de comprar un sistema de cine en casa si queremos un mínimo de calidad, empezando por que las cajas no sean de madera sino de plástico, de pequeño tamaño y con poco peso.
En general la combinación de estos tres elementos suele ser indicativo de que no serán capaces de soportar grandes volúmenes sonoros sin distorsión e incluso de que en el futuro podremos tener problemas estructurales si el grosor de las paredes de la caja acústica es demasiado escaso.
Y es que es precisamente cómo esté construida la caja acústica el factor más importante, junto con los drivers montados, a la hora de producir un sonido de calidad. Lo ideal es que las barras, altavoces y sobre todo los subwoofers estén fabricados con madera de una buena densidad para evitar coloraciones indeseadas, y que cuente con partes metálicas bien sujetas que no puedan vibrar.
Si el modelo que estamos revisando tiene materiales plásticos por todas partes y rejillas de plástico o de metal de baja calidad por todos sitios, quizá tenga un aspecto más bonito, pero a la larga pueden sufrir dilataciones y desajustes que crearán vibraciones molestas. Puede que ajusten bien un tiempo, pero si les da el sol o con el uso cotidiano se irán desajustando y empeorando la calidad del sonido.
La calidad de los materiales empleados en su construcción es esencial para garantizar una mínima consistencia estructural. Ya sea madera natural, de tipo aglomerado o DM (densidad media) e incluso plásticos, hay una infinidad de calidades y densidades, algo que es difícil saber si simplemente las vemos en una imagen o vídeo por Internet.

«El hombre que susurraba a los altavoces». Imagen: Generada con IA
Por eso, antes de elegir, siempre que sea posible y lo permitan en la tienda, claro, lo que suelo hacer es tratar de tocarlas y sopesarlas. Coger el altavoz o barra de sonido con las manos y comprobar los materiales, incluso dar pequeños golpecitos suaves con los nudillos para tratar de averiguar la densidad de la estructura, si es densa y resistente o si suena a hueco y parece que se va a desmontar en cuanto subas el volumen.
Esto puede hacer que algunos clientes y vendedores te miren raro, como me sucedió el otro día (y no es la primera vez que me ha pasado), pero es la mejor forma (o por lo menos la que está más a nuestro alcance) que podemos tener de comprobar la calidad de construcción de un altavoz sin tener acceso a datos concretos sobre su fabricación y por supuesto sin poder desmontarlo.
¿Quiere esto decir que si es una barra de sonido robusta ya lo tenemos todo y sonará mucho mejor que otra más endeble? Pues no exactamente, pero por lo menos es lo mínimo que le pido a un altavoz para empezar a valorarlo como opción de compra. A partir de ahí ya podemos mirara otras especificaciones, potencias, funciones, formatos que soporte, etc.
El tamaño en altavoces sí importa… y mucho
Si miras la publicidad de muchos modelos los fabricantes suelen dar valores sobre la cantidad de vatios que ofrece una barra de sonido o conjunto de cine en casa, dato que por otra parte no sirve de mucho sin saber la sensibilidad de los altavoces.
Pero no suele ser tan común que se concrete el tamaño de cada uno de los drivers que monta y la respuesta en frecuencia de los mismos. Y sí, en sonido el tamaño de los altavoces importa. De hecho es esencial: cuanto más grandes sean en general mejor será la calidad sonora de la barra en frecuencias medio-graves y mayor el realismo ofrecido y la sensación de empaste con el subwoofer externo en el caso de que lo incorpore.

Imagen: Klipsch
Los valores más habituales en barras de sonido y kits de cine en casa básicos suelen estar entre 2,5-3,5 pulgadas para las gamas medias-bajas, con algunas que superan las 4,5-5 pulgadas en los modelos más grandes, cifra que ya comienza a ofrecer buenas prestaciones si se complementa con un subwoofer. Por debajo de estas cifras los resultados obtenidos probablemente no nos vayan a convencer si buscamos un sonido de cine.
¿Qué podemos hacer para saber el tamaño de los woofers que incluyen estos sistemas? Pues si no se indica en las especificaciones ni en la descripción de la tienda pero tenemos el equipo ante nosotros, simplemente podemos medir para hacernos una idea aproximada. En el caso de que podamos quitar las rejillas o telas que los cubren será más sencillo, si no habrá que buscar un poco donde están posicionados y medir de forma menos precisa.
Tampoco suele ser habitual que se nos informe sobre la respuesta en frecuencia de la barra por sí sola o de los altavoces multicanal por ejemplo. Lo normal suele ser que el fabricante dé un valor total para el conjunto de sonido con el subwoofer incluido, algo que puede servir de referencia pero que no nos ayudará a saber cómo de lejos podremos instalar el altavoz de graves con respecto a la barra.
En su día ya vimos cómo algunas marcas suelen abusar de barras extremadamente pequeñas con un gran subwoofer externo, lo cuál puede ocasionarnos limitaciones a la hora de instalarlas. De ahí que resulte conveniente conocer si la barra por sí sola será capaz de bajar hasta unos 80-100 Hz, valor que nos permitirá poder colocar el subwoofer alejado de la misma sin sufrir esos problemas. Algo que no podremos saber salvo que lo ponga en las especificaciones o nos la llevemos a casa para hacer la prueba.
Imagen portada | Generada con IA
En Xataka Smart Home | No, no deberías poner el subwoofer de tu barra de sonido en cualquier rincón del salón: consejos para lograr la mejor calidad sonora
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La noticia
En la tienda me miraban como a un loco por hacer esto con las barras de sonido y altavoces: es la mejor forma de asegurarse
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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