En los últimos años las tecnologías de nuestras pantallas domésticas han evolucionado poco a poco hacia modelos cada vez con más resolución, tamaño y prestaciones visuales, dando en ocasiones pequeños pasos laterales o incluso retrocediendo al incorporar supuestas mejoras que no han terminado de conquistar al usuario final, como ha sido por ejemplo el caso de las teles 3D o de los modelos curvos.
Una de las nuevas iteraciones en esta vorágine de adelantos técnicos la está gobernando la transparencia en los paneles OLED de nueva generación, capaces de generar imágenes sobre una lámina translúcida que deja ver lo que hay detrás de la pantalla. ¿Es una tecnología realmente interesante para el consumidor doméstico?, ¿tendremos teles transparentes en el salón de casa o para qué podremos usar esta propuesta tecnológica en el hogar?