Que el agua del grifo de tu casa sea dura o blanda es más importante de lo que parece: así nos afecta en el uso diario

Que el agua del grifo de tu casa sea dura o blanda es más importante de lo que parece: así nos afecta en el uso diario

Abrimos el grifo y mágicamente sale agua corriente, fresca y potable. Es algo que en nuestro mundo civilizado damos ya por sentado y solo nos echamos las manos a la cabeza cuando hay algún corte en el suministro o el agua presenta algún problema puntual, como mal olor o sabor extraño.

Es algo en lo que pueden influir múltiples factores, siendo uno de ellos lo que se conoce como «dureza» del agua. Una característica que podemos no notar en el día a día si ya estamos acostumbrados, pero que sí percibimos más cuando nos desplazamos de casa por ejemplo en vacaciones y probamos aguas de otras zonas.

¿Qué es eso de que el agua sea dura o blanda y cómo nos afecta en nuestro día a día tanto al beber como al usarla para lavar?

Qué es la dureza del agua

La dureza del agua es una cualidad de la misma que hace referencia a la cantidad de sales disueltas generalmente de calcio y magnesio que pueden originar diferentes efectos en función de su proporción.

Existen distintas clasificaciones de las aguas en función del grado de dureza, siendo una de las más utilizadas la llamada «escala Merck», según la cual podemos clasificar el agua a partir de la suma de concentraciones de calcio y magnesio existentes en miligramos por litro de agua, expresadas generalmente como concentración de CaCO3 (carbonato de calcio) por litro. Así obtenemos las denominaciones siguientes:

  • 0-79 mg CaCO3/l : agua muy blanda
  • 80-149 mg 0-79 mg CaCO3/l : agua blanda
  • 150-329 mg CaCO3/l : agua semidura
  • 330-549 mg CaCO3/l : agua dura
  • más de 550 mg CaCO3/l : agua muy dura

La dureza también se puede expresar en los grados franceses (°f H), siendo en este caso la equivalencia de 1 °f H = 10mg de CaCO3/l, aunque suele ser menos común.

Qué implica que el agua sea dura o blanda

Los minerales disueltos en el agua dura no son dañinos por sí mismos ni perjudiciales para la salud, ya que normalmente son calcio, magnesio y carbonatos, aunque sí dan un cierto sabor al agua y ese color como blanquecino sobre todo al salir del grifo y que luego se disipa rápidamente. Es lo que comúnmente conocemos como «cal» en el agua.

El problema viene cuando el exceso de sales es muy grande y se va acumulando poco a poco tras el uso diario en enseres, tuberías y electrodomésticos, lo que puede hacer que, a la larga, tengamos una avería.

El agua caliente además agrava la situación, acumulándose la cal sobre las resistencias de aparatos como planchas, lavavajillas, lavadores o calentadores causando un deterioro y un menor rendimiento de los equipos. Por ejemplo, según la OCU, se estima que la acumulación de cal disminuye la eficiencia de los calentadores de agua alrededor de un 10 % por cada milímetro de cal acumulada.

La concentración de carbonato de calcio y magnesio en el agua también disminuye la eficacia del detergente, ya que interfiere con los surfactantes, reduciendo su eficacia y obligan al usuario a usar más cantidad de detergente para tener el mismo efecto.

En el caso de detergentes usados para lavar la ropa, la cal también afecta al acabado, haciendo que los textiles queden más ásperos y duros. También influye en el resultado al lavar los platos, creando como motas en las piezas de cristal y haciendo que debamos poner sal al aparato para evitarlo incluso aunque usemos pastillas «todo incluido».

Cómo saber si el agua de mi grifo es dura o blanda

Mapa

Imagen: haguequalitywater

En general, las zonas costeras como la Costa Mediterránea, Baleares y Canarias tienen agua dura o muy dura, aunque también algunas regiones como Cataluña, Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía con la excepción de las provincias de Gerona, Lérida, Huesca, Murcia, Granada y Córdoba.

Existen zonas donde el agua es especialmente dura como Alicante, Castellón, Palma de Mallorca o las ciudades andaluzas de Málaga, Almería  y Jaén. La otra mitad del país y especialmente en la zona noroeste suele caracterizarse por agua blanda o muy blanda.

¿Cómo puedo saber si el agua de mi zona es dura o blanda? Pues en primer lugar podemos consultar la factura de nuestra distribuidora, ya que en algunas se indica el nivel de dureza. Pero también podemos hacer unas sencillas pruebas para comprobarlo.

  • Prueba del jabón: Llenamos hasta la mitad una botella vacía con agua del grifo y añadimos unas gotas de detergente líquido. Agitamos bien la botella y observamos el resultado. Si ha hecho mucha espuma implicará que el agua es blanda. Si por el contrario el agua adquiere un color lechoso con poca espuma, entonces el agua es dura.
  • Prueba del vinagre: Llenamos un vaso con agua del grifo, esperamos a que se asiente y echamos unas gotas de vinagre. Si se forman burbujas o el agua se enturbia implicará que el ácido del vinagre está reaccionando con los minerales del agua y esto nos sugiere que el agua es dura.

Imagen portada | PxHere

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Que el agua del grifo de tu casa sea dura o blanda es más importante de lo que parece: así nos afecta en el uso diario

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por
Paco Rodríguez

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