No conocía este detalle al usar el toldo cuando hace aire: marca la diferencia

No conocía este detalle al usar el toldo cuando hace aire: marca la diferencia

El toldo es uno de los elementos clásicos para combatir el calor del verano. Ya hemos comprobado cómo, incluso si es de color verde, tenerlo bajado puede reducir notablemente la temperatura en el interior de una habitación. Sin embargo, no todo el mundo sabe utilizarlo correctamente cuando hace aire.

Esto es especialmente importante en el caso de los toldos verticales, también conocidos como toldos de punto recto. Cuando sopla el viento, muchas personas —y me incluyo, porque durante un tiempo también lo hacía mal— los dejan bajados de forma incorrecta. Pero existe una manera adecuada de usarlos para evitar que el viento termine por dañarlos.

El secreto está en los brazos

Toldo

Con aire, esta no es la mejor forma de dejar el toldo bajado

Como cualquier otro elemento expuesto a la intemperie, los toldos sufren por el sol y la lluvia, pero el viento es uno de los factores que más les afecta. De hecho, algunos modelos motorizados incorporan sensores de viento o anemómetros que detectan rachas fuertes y recogen automáticamente el toldo para protegerlo.

No obstante, en el caso de los toldos manuales —que siguen siendo mayoría—, existe una forma de dejarlos bajados con seguridad incluso cuando hace viento: colocarlos en vertical con los brazos completamente pegados al balcón.

A diferencia del uso habitual, en el que los brazos se despliegan formando una especie de triángulo o se colocan algo elevados, la posición más segura con viento consiste en dejarlos totalmente pegados y con la lona bien tensa. Así se reduce el efecto vela y el toldo resiste mejor las corrientes de aire, evitando daños innecesarios.

Toldo

Al estar los brazos pegados, el toldo gana en estabilidad frente al viento, ya que se reduce el efecto vela: la lona queda más sujeta y ofrece menos superficie libre a las ráfagas, lo que disminuye el riesgo de que se rompa o de que sufra movimientos bruscos.

Toldo

Además, el tensado de la lona evita que esta vibre o golpee con el viento, lo que reduce el desgaste del tejido, los ruidos molestos y posibles daños en la estructura del toldo o en la fachada. A pesar de estar más pegado, el toldo sigue cumpliendo bien su función de protección solar, sobre todo cuando el sol incide desde arriba o en ángulo. Al mantener la lona firme, se conserva una barrera eficaz contra la radiación directa.

Otro punto a favor es que el mecanismo del toldo sufre menos. Con la lona en tensión y los brazos apoyados, los engranajes y el eje experimentan menos esfuerzo, lo cual puede alargar la vida útil del sistema, especialmente en modelos manuales.

Toldo

Los brazos sufren también con el viento

Ahora bien, si hay rachas de viento fuertes, imprevisibles o superiores a los 30 o 40 km/h, no basta con dejar los brazos pegados. En esos casos lo más seguro es recoger el toldo por completo. Ni la tensión ni la posición pegada evitarán daños si se produce un vendaval o una tormenta. En toldos automáticos con sensor de viento, lo mejor es dejar que actúe el sistema de seguridad y se recoja cuando detecte condiciones peligrosas.

Imagen portada | Elisabeth Fossum

En Xataka SmartHome | Me equivoqué al instalar el toldo: tenía que haber puesto otro modelo. La culpa fue no fijarme a dónde da mi terraza


La noticia

No conocía este detalle al usar el toldo cuando hace aire: marca la diferencia

fue publicada originalmente en

Xataka Smart Home

por
Jose Antonio Carmona

.