Usar el PC para reproducir vídeos, ver plataformas de streaming y la TDT me parecía lo más. Ahora cada vez me gusta menos

Usar el PC para reproducir vídeos, ver plataformas de streaming y la TDT me parecía lo más. Ahora cada vez me gusta menos

Antes de que las Smart TV se popularizasen y sus sistemas de reproducción multimedia y aplicaciones fuesen tan buenos como los actuales, si querías ver vídeos de Internet en la tele tenías que recurrir a conectar un PC a la pequeña pantalla.

Así nacieron los ordenadores de salón o HTPC que muchos hemos estado usando durante años y que incluso hemos reciclado desde ordenadores viejos que ya no servían para otra cosa. Un ordenador personal era el compañero ideal de una tele y te permitía hacer casi de todo. Desde ver vídeos hasta entrar en YouTube, en redes sociales y jugar.

Sin embargo, poco a poco han ido perdiendo relevancia y en la actualidad su protagonismo se ha reducido hasta tal punto que para algunos usuarios que los hemos defendido a capa y espada, como ha sido mi caso, ya no nos gusten tanto. ¿Por qué?, ¿qué es lo que ya no me agrada de estas computadoras de salón?

Ordenadores conectados a la tele, muy útiles pero con grandes desventajas

HTPC

Uno de mis primeros HTPC hace casi 20 años

Uno de los primero problemas que te encuentras al conectar un PC a la tele es la conexión en sí y la de los periféricos de control. Aunque es cierto que es posible comprar algún complemento como un mando a distancia, lo habitual es manejar el aparato con un teclado y ratón inalámbricos que tienes que tener por ahí en el salón molestando.

Además, mucho del acceso a los servicios de plataformas de streaming es necesario realizarlo desde un navegador web. Podemos elegir el que más nos guste sí, pero la interfaz de usuario está lejos de ser igual de cómoda que en los Smart TV o reproductores dedicados, algo que se nota sobre todo cuando estás cómodamente tumbado en el sillón.

Si tienes contratada alguna de estas plataformas tipo Netflix, Disney Plus+, etc. también notarás que aunque tu PC sí soporte resoluciones 4K y tengas así configurada la pantalla, la mayoría de servicios están limitados a 720p o 1080p fuera de las aplicaciones nativas. Es algo suficiente si tu tele es antigua y no soporta dichas resoluciones, pero si ya tienes una más moderna estarás perdiendo píxeles de tu suscripción 4K.

La excepción es YouTube, servicio que sí permite el 4K gracias a que no presenta restricciones de DRM, pero a cambio tenemos unos vídeos más comprimidos que otros servicios como por ejemplo Apple TV. Pero la compresión no es el único problema.

A lo largo de estos años he ido probando diferentes navegadores y versiones distintas con drivers de la tarjeta gráfica que tras actualizarlos arreglaban unas cosas y estropeaban otras. Y uno de los problemas más típicos que me he encontrado es la aparición de «tearing», esas molestas líneas con desplazamientos extraños entre diferentes partes del fotograma que restan calidad a la visualización.

Y también problemas de «judder» o pequeños tirones en los vídeos a 24 fps al ser visualizados en la pantalla a 50 o 60 Hz. Es cierto que algunos de los reproductores multimedia más populares solucionan parcialmente estos problemas, pero también que la mayoría no soportan el acceso a las principales plataformas, algo que hay que seguir haciendo desde el navegador web, incapaz muchas veces de resolverlos.

reproductor

Test de tearing en el reproductor MPC-HC

El apartado del audio también puede llegar a ser problemático, con drivers que no soportan algunos formatos como Dolby Atmos y reproductores que se han quedado sin soporte oficial y apenas se actualizan durante años. Esto hace que por ejemplo reproducir dichos formatos sea complicado, sobre todo a través de los navegadores web donde entran en juego además los sistemas de protección contra copia.

Eso sí, la principal ventaja que sigue teniendo el PC frente a otros sistemas es la posibilidad de ajustar el sonido, ecualizar y adaptar la matriz de audio multicanal en función de nuestras preferencias. Aunque es un proceso complejo y nada inmediato por lo menos tenemos la oportunidad de hacerlo, algo imposible hoy día con las teles y reproductores dedicados.

Finalmente tenemos el asunto del consumo eléctrico y el ruido. Si tienes un HTPC basado en un viejo ordenador (no tiene por qué ser muy viejo) procedente de otros ámbitos como el ofimático o incluso videojuegos, probablemente su consumo eléctrico sea mucho más alto que el de un reproductor en streaming dedicado.

Por ejemplo, en su día medí el mío y estando reproduciendo vídeos de YouTube con aceleración por hardware activada rondaba los 40-50 vatios frente a los menos de 10 vatios de un reproductor externo. Pero además es que los ordenadores suelen se mucho más ruidosos que la propia tele o reproductores tipo Google Chromecast con Google TV o Amazon Fire TV.

Si lo que estás buscando es el máximo silencio para disfrutar a tope de tu peli o serie favorita no son tu mejor aliado, a no ser que te compres un miniPC específicamente para esta misión, en cuyo caso seguirás teniendo todavía algunos de los primeros problemas antes mencionados.

¿Conclusión? Pues que tras años usando ordenadores conectados a la tele para reproducir contenidos y acceder a plataformas e incluso a la TDT y los canales de TV de mi operadora, cada vez me gusta menos. Las dificultades de configuración, manejo, las limitaciones en resolución, problemas de imagen y en general «molestias» en el uso cotidiano han logrado que cada vez me resulten menos atractivos salvo para usos puntuales muy concretos.

Imagen portada | Fotograma trailer ‘Predator: Badlands’

En Xataka Smart Home | Por qué prefiero comprar un decodificador de TDT  HD externo que usar un dispositivo tipo Chromecast o Fire TV en mi vieja  tele


La noticia

Usar el PC para reproducir vídeos, ver plataformas de streaming y la TDT me parecía lo más. Ahora cada vez me gusta menos

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Xataka Smart Home

por
Paco Rodríguez

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