Mientras todos me hablan de poner la calefacción, yo apenas la uso: aislar mi piso fue la mejor inversión que hice

Mientras todos me hablan de poner la calefacción, yo apenas la uso: aislar mi piso fue la mejor inversión que hice

Hace unos años reformamos la casa, y recuerdo bien la cantidad de cálculos, presupuestos y decisiones que tuvimos que tomar. Entre todas, hubo una que marcó la diferencia: mejorar el aislamiento. Ahora, cuando alguien me pregunta si uso mucho la calefacción, siempre respondo lo mismo: apenas la enciendo. ¿El motivo? Decidí invertir el dinero en lo que realmente importa.

Aunque a primera vista pueda parecer un detalle menor, apostar por un buen aislamiento es una de esas decisiones que se notan cada invierno. No solo ayuda a reducir el consumo de calefacción, sino que además he mejorado el confort general de la vivienda. Por eso quiero contarte todo lo que cambié durante la reforma y cómo he conseguido mantener en casa una temperatura estable, cómoda y eficiente.

Reforma 1

La reforma fue toda una odisea pero valió la pena

En mi caso, tengo una caldera de gas, y cuando llega el frío y todo el mundo pone los radiadores a pleno rendimiento, yo apenas necesito encenderlos. No hay trucos ni milagros: simplemente una reforma bien planificada en la que decidí invertir en lo que no se ve, pero se siente cada día.

Fue una obra importante, y aunque en su momento supuso un gasto extra, con el tiempo he comprobado que fue una inversión más que rentable. En lugar de cambiar caldera o añadir radiadores, preferí mejorar el confort desde la base, y hoy disfruto de una casa cálida, eficiente y con facturas mucho más ligeras.

Empecé por las paredes. En lugar de conformarme con una simple mano de pintura, decidí levantar una doble pared perimetral con una cámara de lana de roca en el interior. Mi piso es de 1975, y en aquella época el aislamiento brillaba por su ausencia: las paredes exteriores apenas tenían una fina capa que dejaba pasar el frío con facilidad.

Paredes

Todas las paredes llevan aislante

Siguiendo las recomendaciones de la empresa de reformas, aposté por la lana de roca, un material que utilizan marcas como Rockwool o Isover y que destaca por su gran eficacia tanto para mantener el calor en invierno como para proteger del calor en verano. Además, tiene un extra que valoro mucho: reduce notablemente el ruido exterior. El coste de este tipo de aislamiento ronda entre 12 y 20 euros por metro cuadrado, y puedo asegurar que la diferencia se notó desde el primer invierno.

El siguiente paso fue cambiar las ventanas. Las que tenía eran antiguas y dejaban escapar el calor, así que opté por modelos oscilobatientes con rotura de puente térmico y doble acristalamiento. En el mercado hay muchas opciones, como Climalit Plus o Kömmerling, y tengo que decir que fue una de las mejores decisiones que tomé. Desde entonces, no hay corrientes frías ni rincones helados cerca de las ventanas, y la temperatura interior se mantiene estable incluso sin encender la calefacción.

Como curiosidad, en mi casa tuve que solicitar permiso especial para instalar los cierres, ya que está en una zona del centro con protección urbanística. En un principio me pedían que las ventanas fueran de aluminio, aunque me recomendaban PVC, porque este material aísla mejor al ser menos conductor del calor y el frío. Finalmente conseguí la licencia y pude instalarlas tal como quería, y el resultado fue excelente.

Suelo

Aquí se puede ver el antiguo suelo de terrazo antes de cubrirlo

Para completar la reforma, también quise mejorar el suelo. Sustituí el antiguo pavimento de terrazo —frío y poco acogedor— por un parqué flotante laminado de buena calidad, similar a los modelos de Haro o Egger, que rondan los 20 a 25 euros/m². Debajo coloqué una capa niveladora y una manta aislante térmica, una combinación que, además de mejorar la estética, ayuda a retener el calor. Las tuberías de la calefacción van por debajo, lo que genera una agradable sensación de calidez uniforme sin necesidad de poner los radiadores al máximo.

Hoy puedo decir que mi casa mantiene el calor prácticamente sola. Solo enciendo los radiadores unos minutos cuando las temperaturas bajan mucho, y el resto del tiempo el aislamiento se encarga del trabajo duro.

El resultado es un hogar más confortable, silencioso y eficiente, con facturas mucho más bajas. Sí, fue una inversión importante en su momento, pero entrar en casa y sentir ese calor natural, sin depender del termostato, no tiene precio. Al final, he comprobado que aislar bien una vivienda es el mejor sistema de calefacción que uno puede tener.

En Xataka SmartHome | Vivo de alquiler en un piso viejo y mal aislado: así es como sobrevivo al invierno sin pasar frío ni arruinarme en el intento


La noticia

Mientras todos me hablan de poner la calefacción, yo apenas la uso: aislar mi piso fue la mejor inversión que hice

fue publicada originalmente en

Xataka Smart Home

por
Jose Antonio Carmona

.