Hemos crecido con ladrillos de barro y ahora llegan los de plástico reciclado: se construye más rápido y contaminan menos

Hemos crecido con ladrillos de barro y ahora llegan los de plástico reciclado: se construye más rápido y contaminan menos

Cuando toca levantar una vivienda o cualquier tipo de construcción, solemos pensar automáticamente en los materiales de siempre. Sin embargo, cada vez están apareciendo alternativas que buscan ahorrar tiempo, mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental. Es en ese nuevo escenario donde entra en juego Plock, un sistema que quiere cambiar la forma en la que construimos.

Plock es un ladrillo que llama la atención desde el primer momento por estar fabricado a base de plástico reciclado y fibras vegetales y en segundo lugar por las ventajas que ofrece. Con el aspecto de bloques de Lego y por poner solo un ejemplo, este material es más ligero, lo que facilita transporte, montaje y reduce cargas estructurales.

Para aprovechar los residuos

Plock

Imagen | Green Solutions en Instagram

Fabricado por la empresa colombiana Green Solutions, está hecho con plástico reciclado y fibras vegetales, y eso ya lo convierte en una alternativa interesante frente a los ladrillos tradicionales de arcilla o cemento. Pero lo que realmente sorprende es su peso: apenas ronda los 330 gramos, muy lejos de los dos kilos que suele pesar un ladrillo convencional.

Respecto al ladrillo tradicional de arcilla, usar Plock hace que el tiempo de montaje sea menor. Al ser más ligero no necesita mortero ni adhesivos para instalarse, se coloca directamente. Según el fabricante mientras que con Plock se puede levantar un metro cuadrado en unos 15 minutos, con un ladrillo convencional se necesitan alrededor de 40 minutos y eso sin contar los acabados. 

A esto se suma el peso, ya que un muro hecho con Plock pesa apenas 21 kilos por metro cuadrado y no requiere mortero, frente a los 173 kilos que pesa un muro de ladrillo tradicional usando mortero de pega. Por eso hay un ahorro en la cimentación. 

Plock

A nivel estructural también hay diferencias importantes: las construcciones con Plock son más ligeras, sólidas y tienen mejor comportamiento frente a movimientos sísmicos, mientras que las realizadas con ladrillo convencional son más pesadas, rígidas y tienden a agrietarse con los temblores.

También es resistente al fuego, a los rayos UV, a la humedad y ofrece propiedades termoacústicas. Al ser tan ligero, trasladarlo es mucho más cómodo, algo que se nota especialmente en zonas de difícil acceso.

Además es una opción muy sostenible ya que su fabricación reduce casi por completo la huella de carbono: la fabricación y colocación requiere muy poca agua, reduciendo la huella hídrica en un 90 %, mientras que el ladrillo tradicional necesita mucha más durante todo el proceso.

Y con este sistema prácticamente no se generan desperdicios ni escombros porque se aprovecha el 100 % del material. En la construcción tradicional sucede lo contrario: hay fragmentos, sobrantes y residuos que aumentan los costes de transporte y gestión.

Imágenes | Green Solutions

Vía | El Español

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La noticia

Hemos crecido con ladrillos de barro y ahora llegan los de plástico reciclado: se construye más rápido y contaminan menos

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Xataka Smart Home

por
Jose Antonio Carmona

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