Seguro que no soy el único al que le ha pasado la siguiente situación alguna vez: vas a casa de alguien en verano y al entrar notas un olor característico como avinagrado y amargo que tu anfitrión quizá ya no percibe pero que está ahí, penetrando en tus mucosas y haciendo que quieras respirar más flojito.
Es algo que sucede también en comercios, centros comerciales y en general lugares donde se cuenta con un sistema de aire acondicionado que lleva tiempo funcionando. Y sí, es un problema común y recurrente con la mayoría de estos aparatos que tiene una cierta solución, aunque a veces no es sencilla ni inmediata como comentábamos en este artículo.
Un asqueroso y sucio secreto
En principio el aire acondicionado no tendría por qué oler mal, pero esto es en un mundo ideal que casi nunca sucede. Y según coinciden varios expertos en The Guardian, sí, si el aire acondicionado huele raro, es que algo está mal. No se trata solo de un asunto de confort, de que nos resulte más o menos desagradable, puede haber consecuencias para la salud si no le ponemos remedio.
¿Por qué se produce? Pues hay varios motivos, pero en general según explica para el medio británico Amy Li, profesora en la Universidad de Waterloo e investigadora de la calidad del aire en interiores, se debe a la acumulación de moho o suciedad en los filtros o bobinas del equipo.
Cada vez que el aire pasa por el serpentín frío se condensa el vapor de agua y si ese agua no drena bien (y aunque drene bien siempre quedan restos) queda estancada y se convierte en un caldo perfecto para bacterias y hongos. Y sí, de ahí vienen esos olores, como han detallado desde Bosch.
Sin embargo, no solo hay moho, polvo y esporas acumulándose en el aire, un reciente estudio publicado por el Flinders University College of Science and Engineering ha mostrado cómo los filtros del aire acondicionado además son capaces de ir capturando las pequeñas gotitas de saliva que expulsamos al hablar, toser o incluso al respirar.
Incluso se señala en el estudio que los filtros son como una especie de base de datos temporal con la información del ADN de los habitantes de la sala, siendo posible recolectar, al más puro estilo CSI, muestras viables de dicho material genético de los filtros para usarlas en pruebas forenses en lo que se conoce como «environmental DNA» (eDNA).
Un aire acondicionado sucio alberga además restos de piel de las personas y animales que hayan pasado por su radio de acción, células que se quedan parcialmente adheridas al filtro, pero que luego son esparcidas de nuevo, junto con parte de esas microgotas de la respiración. Todo de lo más asqueroso.
Esto puede ayudar a extender enfermedades entre los distintos miembros de la familia que estén en la sala, especialmente las que se contagian mediante virus y bacterias, ya que la distancia de seguridad deja de ser válida al esparcirse el aire por todos los rincones.
¿Cómo evito todos estos olores y contaminación del aire? Pues básicamente hay dos formas de hacerlo: limpiar los filtros y desinfectar la bandeja de condensación como recomiendan los fabricantes y ventilar la casa a diario para renovar el aire de su interior.
Imagen portada | José Antonio Carmona
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La noticia
Si vas a casa de alguien y notas el típico olor agrio del aire condicionado, mejor «respirar flojito»: este es su asqueroso origen
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por
Paco Rodríguez
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