Cuando el calor aprieta, el aire acondicionado se convierte en un aliado imprescindible para sobrellevar las altas temperaturas. El problema es que muchos temen cómo su uso puede disparar la factura de la luz. Lo que no todos saben es que, con un uso inteligente, es posible ahorrar bastante dinero sin renunciar al confort y sin desperdiciar el aire acondicionado.
Mantener la casa fresca no significa gastar más. La clave está en aprovechar una función que incorporan prácticamente todos los modelos actuales: el programador.
Gracias a la programación, el aire acondicionado puede adaptarse a nuestros horarios y rutinas, evitando que funcione cuando no hace falta y reduciendo así el consumo innecesario. No se trata de usarlo menos, sino de usarlo mejor. De este modo, se logran dos beneficios: menos gasto eléctrico y una temperatura constante y estable, lo que mejora la comodidad y también la salud.
Cómo aprovechar mejor la programación
Imagen | LG
Si tu aire acondicionado dispone de función de programación, podrás sacarle mucho más partido. Además, muchos cuentan con funciones del tipo “eco”, “sleep” o “ventilación” que mejoran su rendimiento.
Y los modelos más modernos, con conectividad WiFi, incluso cuentan con aplicaciones móviles que permiten configurar horarios, crear rutinas, activar distintos modos, recibir alertas o gestionarlo a distancia.
La forma más práctica de aprovechar esta función es establecer horarios inteligentes: por ejemplo, programar el encendido automático poco antes de llegar a casa y que se apague durante la noche o cuando no haya nadie en la vivienda. Así se evitan despistes y consumos innecesarios.
Otro aspecto clave es la temperatura de uso. El rango recomendado en verano (ya lo hemos visto otras veces) se sitúa entre 24 y 26 °C. Ajustarlo por debajo no aporta más frescor, pero sí dispara el consumo y exige un esfuerzo extra al equipo.
Ventajas de un uso eficiente
- Ahorro en la factura: Evita que el equipo esté encendido cuando no hace falta, lo que se traduce en menos consumo y una rebaja en el recibo eléctrico.
- Menor huella ambiental: Reducir el gasto energético también implica menos emisiones de CO₂, contribuyendo a un uso más sostenible de la energía.
- Mayor vida útil del equipo: El uso equilibrado previene desgastes, averías prematuras y alarga el buen funcionamiento del sistema.
- Confort adaptado a tu rutina: Puedes configurar distintos escenarios: más fresco al despertarte, ventilación ligera por la tarde o apagado automático al conciliar el sueño.
Programar el aire acondicionado no significa reducir su uso, sino hacerlo más inteligente y eficiente. Con pequeños ajustes puedes ahorrar dinero, alargar la vida de tu equipo y mejorar tu bienestar diario, al mismo tiempo que contribuyes a cuidar el medio ambiente.
Tener el aire acondicionado encendido todo el día supone un gasto excesivo. Si tu equipo no incorpora función de programación, siempre puedes recurrir a un temporizador externo, en caso de que el aparato funcione mediante enchufe.
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La noticia
No se trata de usar menos el aire (o no usarlo), sino de hacerlo mejor: estos son los beneficios de programarlo en verano
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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