Si analizamos uno por uno los aparatos eléctricos de casa, podemos constatar que el electrodoméstico que más gasta en total no es el más potente, sino que también entra el juego el tiempo de funcionamiento. Así, distinguimos dos categorías: los que consumen mucha potencia puntualmente, es decir, requerimientos energéticos altos en periodos de tiempo cortos y otros de bajo consumo (comparado con los anteriores) pero que se usan durante muchas horas al día. El mejor ejemplo de este último caso es la nevera, que va a estar siempre encendida.
En la primera categoría encontramos el horno, la plancha, el calefactor, la vitrocerámica o la lavadora. Si nos ceñimos a los grandes electrodomésticos, hay uno imprescindible en cualquier hogar de alguien que le guste cocinar que se lleva la palma: el horno eléctrico. De hecho, en función de tu horno y de tu lavadora, puedes encontrarte un contraste tan brutal como la equivalencia que te proponemos entre ambos electrodomésticos.
El horno es el gran aliado en la cocina y el enemigo en la factura de la luz
Factores como las tecnologías, la edad del aparato, sus prestaciones o la eficiencia pueden hacer que la horquilla varíe enormemente, pero diferentes cálculos del Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía (IDAE) y de empresas comercializadoras de energía como Repsol o Naturgy ofrecen estas horquillas de consumo horario:
- Hornos: entre 2.000-3.000 vatios
- Vitrocerámicas y placas de inducción: entre 1.500-6.500 vatios
- Radiadores eléctricos: entre 1.500-2.500 vatios
- Planchas de ropa: entre 1.500-3.500 vatios
- Termos eléctricos: entre 1.500-2.500 vatios
- Secadores para el pelo: entre 1.500-2.000 vatios
- Planchas para cocinar: entre 1.500-2.000 vatios
- Freidoras eléctricas: entre 1.500-2.500 vatios
Eso sí, como mencionábamos más arriba, habrá cocinas con cocinas de gas y otras de vitrocerámica, pero el horno es junto a la nevera los electrodomésticos que reinan en la cocina. En el caso de la nevera, hablamos de entre 100 y 300 kWh al año en modelos eficientes (ojo porque pueden llegar a superar los 600kWh en modelos antiguos y/o no eficientes), lo que equivale a 0,27 – 0,82 kWh al día, algo así como entre 30 y 90 vatios por hora.
Eso sí, es importante recalcar que la nevera no consume todo el tiempo de forma constante, ya que el motor se activa por ciclos (de ahí que el cálculo se haga de forma anual). Si tomamos para horno y nevera respectivamente los valores de consumos menores, obtenemos esa diferencia abismal.
En ambos casos, ambos aparatos necesitan alcanzar una temperatura consigna y mantenerla, pero mientras que el horno parte de temperatura ambiente y lo hace de forma puntual alcanzando altas temperaturas, en el caso de la nevera se trata de estabilizar el frío interno. Además, el horno consume hasta en stand by. El consumo energético del horno es tal que cobra especial importante dedicar un poco de tiempo en investigar e invertir en comprar un modelo eficiente.
Por su consumo hay quien opta por sustituirlo por la freidora de aire para ciertas preparaciones, pero el horno sigue siendo un gran aliado para cocinar siempre y cuando sigas algunos consejos como aprovechar su capacidad para elaborar varias preparaciones al mismo tiempo, apagarlo un poco antes para aprovechar el calor residual o evitar abrir la puerta con frecuencia.
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La noticia
El electrodoméstico que todo el mundo tiene en casa y gasta como 65 neveras funcionando a la vez
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Xataka Smart Home
por
Eva R. de Luis
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