A la hora de ahorrar energía en casa, la cocina es uno de los grandes consumidores tanto de gas como de electricidad. Y con los precios de estas materias primas disparados, cualquier cosa que podamos hacer para ser más eficientes y bajar la factura es más que bienvenida.
Al guisar nuestros platos preferidos podemos aplicar diferentes consejos y trucos de ahorro, como elegir bien el tipo de olla usado, el material de la misma, modelos a presión para ser más rápidos y eficientes, etc. Pero además hay otra modalidad de ahorro que apuesta por aprovechar el calor residual y la inercia térmica del agua.
Reduciendo los tiempos de cocción
La idea no es nueva ni revolucionaria. De hecho, aprovechar el calor residual de hornos y fogones es algo de sentido común que hemos recomendado en otras ocasiones. Pero hay una tendencia denominada «Passive Cooking» que lleva el concepto al extremo.
La cocina pasiva apuesta por usar la mínima cantidad de energía posible al cocinar nuestros alimentos, y es algo que podemos encontrar tanto en redes como en la web de marcas como Barilla, conocido fabricante de pasta en muy diferentes formatos, que tiene toda una sección dedicada en su página a este concepto.
Según los promotores de esta tendencia, la mayoría de nosotros gastamos demasiada energía al cocinar sobre todo alimentos que requieren un proceso de cocción, como es el caso de la pasta, el arroz blanco, las verduras cocidas y cosas similares.
¿El motivo? Que no tenemos en cuenta que una vez se ha calentado el agua, esta es capaz de mantener el calor durante mucho tiempo gracias a su inercia térmica, factor que podemos utilizar a nuestro favor.
Para ello recomiendan ser minuciosos con los tiempos de cocción para cada tipo de receta que elaboremos, ajustando al máximo la cantidad de calor que aplicamos en cada caso midiendo con exactitud los tiempos de cocinado estrictamente necesarios.
Por ejemplo, desde Barilla explican que para cocinar pasta suele ser habitual que se recomiende un tiempo de cocción de unos 9-10 minutos, pero esto no quiere decir que tengamos que tener el gas o la placa funcionando todo ese tiempo. Según los estudios que han realizado, es posible cocinar por completo casi cualquier tipo de pasta (ya sea de su marca o de otra cualquiera) aplicando solo dos minutos de energía de esos nueve-diez recomendados.
Aunque la cifra tiene truco, ya que previamente el agua tendrá que haber empezado a hervir con fuerza. En realidad los pasos completos recomendados son los siguientes:
- Ponemos abundante agua a calentar en una olla o cazuela amplia con la tapa puesta.
- Cuando empiece a hervir, añadimos sal y esperamos que vuelva a entrar en ebullición.
- Echamos la pasta que queramos, removemos y esperamos que vuelva de nuevo a entrar en ebullición.
- Solo cuando ya está hirviendo fuerte otra vez empezamos a cronometrar dos minutos o ponemos un temporizador de apagado si nuestra placa cuenta con esa función.
- Cuando acaben esos dos minutos y siempre con la olla tapada para que no pierda calor, se vuelve a cronometrar el tiempo restante completo (o un minuto menos según el tipo de pasta como vemos en las tablas proporcionadas por Barilla) que necesite la pasta para estar cocida al dente o a tu gusto según lo que indique el paquete.
Otros cocineros como la presentadora y cocinera británica Nigella Lawson también recomiendan este sistema añadiendo un truco adicional, que consiste en colocar un paño limpio entre la olla y la tapa cuando se apaga el fuego para generar mayor cantidad de vapor en el interior.
Con ese sistema, según Barilla, se reduce hasta un 80% el gasto energético en la cocción de la pasta sin que afecte a su calidad, reduciendo tanto tu factura como las emisiones contaminantes de carbono en la atmósfera. Por eso animan a todo el mundo a aplicar el método en sus hogares, incluso con pasta de otros fabricantes o con la casera.
No solo para la pasta
La idea tras el Passive Cooking puede ir mucho más allá de las pastas y aplicarse a muchas otras recetas y equipos para cocinar en nuestro día a día, siendo especialmente interesante en los guisos que requieran la cocción de algunos ingredientes, como el arroz o las verduras.
Muchas veces la hacer este tipo de platos lo dejamos todo cociendo más de la cuenta porque nos hemos ido a hacer otras cosas, no prestamos atención, nos olvidamos o directamente no tenemos en cuenta los tiempos de cocción recomendados.
Puede que a veces nos demos cuenta porque por ejemplo el arroz está más pasado de la cuenta o la verdura demasiado hecha, pero la realidad es que probablemente además de estos pequeños cambios habremos desperdiciado también mucha energía en el proceso.
En este sentido, las funciones de alarma y temporización que muchas placas de inducción y vitrocerámica tienen son de lo más útil, ya que puedes programar que se apaguen de forma precisa pasados los minutos que consideres necesarios para cada alimento.
De hecho, es algo tan útil que en casa ya no podemos pasar sin esta opción al hacer verduras al vapor, arroz blanco, cocer huevos, patatas o pasta.
Más información | Barilla
Imagen portada | Generada con IA
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La noticia
Toda la vida poniendo la pasta a hervir 10 minutos y resulta que estaba desperdiciando un montón de gas y electricidad
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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