Saber cuándo hay que lavar un textil es algo más complicado de lo que parece. De hecho, en los vaqueros es esencial para que aguanten como el primer día más tiempo. Pero si hablamos de ropa que está en contacto directo con la piel tanto tiempo como las sábanas o las toallas, es una cuestión de higiene. El primero, por la gran cantidad de células muertas y efluvios que se depositan, el segundo además por la humedad.
La experta en limpieza Eli Jiménez (creadora de contenido en @huel.a.limpio) explica que normalmente prestamos toda la atención a las superficies visibles y que hay otras que dejamos pasar sin mala intención, es el caso de sábanas, toallas, cortinas o fundas de cojines. Y no deberíamos: además de la higiene, es que también mejora la calidad del sueño.
Los grandes olvidados de la lavadora
Jiménez sigue escrupulosamente lo que dice la ciencia y también nuestras abuelas y lava las sábanas una vez a la semana. Dormir sobre tejidos frescos minimiza la presencia de olores, células muertas y gérmenes, que van depositándose sobre la superficie sin que nos enteremos.
Hay otro candidato ideal a los olvidos de lavado: el cubrecolchón, que también debería tener su propia agenda de lavado. La experta explica que lavarlo cada dos semanas evita que el sudor y la humedad se acumulen en el interior de la cama. Podría pensarse que la bajera protege de esa exposición, pero la realidad es que los fluidos traspasan capas. Además, hay trucos para que se arruguen menos.
Mención especial merecen colchas, nórdicos y edredones, que por un lado no están en contacto directo con la piel (aunque sí con el entorno e incluso peor, si apoyamos bolsos o chaquetas) y que por otro suelen ser voluminoso, lo que dificulta ligeramente el proceso de higienización. La experta recomienda lavar colchas y edredones cada tres meses para mantener su aislamiento y alargar su vida útil.
Pero si hay un elemento que se olvida de pasar por la lavadora, esos son los cojines. Las fundas son el blanco perfecto de la suciedad y los gérmenes: pueden caer restos de comidas y bebidas, apoyamos la cara y otras partes del cuerpo, usamos el móvil encima. Deberíamos lavar las fundas decorativas una vez al mes.
Podría parecer que las cortinas no se manchan, en tanto en cuanto están ahí, colgadas en vertical y apenas reciben roces. Sin embargo, reciben polvo del interior y contaminación del exterior, de modo que su superficie puede estar repleta de ácaros que disparen alergias. Así que el calendario para lavar cortinas es trimestral.
Las toallas son críticas. Están continuamente en contacto con la humedad y también con nuestro cuerpo y fluidos, por eso deberían lavarse cada tres días. En caso contrario, los restos de piel, maquillaje y productos constituyen el caldo de cultivo perfecto con ayuda de la humedad para la proliferación de bacterias. Por cierto, no las dejes nunca húmedas en el cesto de la ropa sucia.
Otro textil que suele pasarse por alto a la hora de lavar son las alfombras de baño. Según la experta, esta alfombra atesora más microorganismos que cualquier otro elemento de la sala, así que mejor cambiarla y lavarla con frecuencia para evitar malos olores.
Eli Jiménez cuenta que las rutinas de lavado de estos textiles son una pauta de higiene que deberíamos tener siempre presente y memorizar, incluso por encima de limpiar otros muebles o superficies. Con una rutina clara y seguida a rajatabla, el hogar se convierte en un espacio más saludable sin muchos esfuerzos.
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Portada | Foto de Justine Camacho en Unsplash
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La noticia
«En casa tenemos la norma de lavar las sábanas una vez a la semana y las toallas cada 3 días» esta experta en limpieza lo deja claro
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Eva R. de Luis
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