Una de las principales fórmulas para ahorrar energía al utilizar un termo eléctrico consiste en elegir la temperatura adecuada, ya que calentar en exceso el agua supone un desperdicio de electricidad, sobre todo si luego tenemos que añadir luego agua fría para compensar el exceso de calor.
En la Guía Práctica sobre instalaciones individuales de calefacción y agua caliente sanitaria publicada por el IDAE, esta temperatura ideal del agua caliente se sitúa entre los 55 y 60°C, de forma que luego se consuma a unos 40°C una vez la hemos mezclado con la fría y ha recorrido las tuberías internas de la casa.
Sin embargo, hay ocasiones en las que los expertos recomiendan subir esta cifra hasta el máximo que dé nuestro termo, que dependiendo del modelo puede suponer los 70-80 ºC. ¿Por qué?
Poner el termo a más de 70 ºC
Estas temperaturas exageradamente elevadas son recomendables especialmente tras épocas donde probablemente hayamos tenido el termo apagado, por ejemplo en vacaciones, o con temperaturas muy bajas, como puede suceder en verano. ¿El motivo? Así evitamos la proliferación de ciertas bacterias y microorganismos en el depósito de agua.
Y una de las principales es la Legionella, una bacteria ambiental capaz de sobrevivir en un amplio intervalo de condiciones, pero que encuentra en los espacios húmedos con temperaturas de entre 20 ºC y 45 ºC su clima ideal para multiplicarse.
Son unas condiciones que pueden darse fácilmente en lugares como los termos eléctricos, sobre todo como decíamos en épocas de verano donde bajamos la temperatura. ¿Cómo evitamos que prolifere este microorganismo? Pues calentando el agua a más de 70 ºC.
De hecho, tanto fabricantes de termos como organismos sanitarios recomiendan que la temperatura en los circuitos del agua esté por encima de los 50 ºC y que el sistema para calentar el agua alcance los 70 ºC por lo menos una vez al año.
Incluso hay modelos de termos que realizan ellos solos lo que llaman «ciclo antilegionella» cada pocas semanas o meses, de forma que el propio aparato eleva la temperatura hasta más de 70 ºC durante un cierto tiempo para evitar la proliferación de dicho organismo.
Si el nuestro no cuenta con esta función automática, también podemos hacerlo nosotros de forma manual subiendo el termostato de vez en cuando, por lo menos en cada cambio de temporada, hasta alcanzar estas temperaturas elevadas durante unas horas. Luego ya podemos volver a seleccionar la temperatura habitual.
Más información | Ministerio de Sanidad | MITECO | BOE
Imagen portada | Ariston en Amazon
En Xataka SmartHome | Ventajas de usar grifos termostáticos. Así pueden ayudar a ahorrar agua y energía, según Iberdrola
–
La noticia
Poner el agua caliente a 80 ºC es exagerado, pero los expertos en salud recomiendan hacerlo de vez en cuando por este motivo
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
.